Según analistas, los efectos de la paralización se empezarían a sentir en abril
Dos empresas ucranianas han paralizado su producción de neón, lo que complicaría la actual escasez de chips. La causa de su cierre temporal tiene que ver con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Recordemos que el neón es un gas importante en la producción de chips.
Ingas y Cryoin son las dos compañías ucranianas que han paralizado su producción de neón. Durante el 2021, se estima que el consumo mundial de dicho gas estuvo alrededor de las 540 toneladas métricas. De esa cantidad, entre el 45 y el 54% proviene de las dos empresas ucranianas.
La situación de las compañías y el impacto a la producción de chips se encuentra en un escenario impredecible. Cryoin sostiene que puede soportar hasta tres meses con sus instalaciones cerradas. No obstante, si el conflicto bélico dañara alguna de sus infraestructuras, el retorno a sus operaciones podría tomar más tiempo y dinero. Incluso señalaron que, de persistir la guerra, no podría cumplir con órdenes estimadas en 13 mil metros cúbicos para el corriente mes de marzo.
Según analistas, los efectos reales de la interrupción de la producción de neón en la escasez de chips podrían verse a partir de abril. Si los fabricantes terminan sus reservas y no logran asegurar la provisión del gas desde otros países, las restricciones en los suministros serían inevitables.
El medio Hipertextual ha señalado que se han hablado de otras opciones para reemplazar a las empresas de Ucrania. Por ejemplo, se ha hablado de China. Sin embargo, los precios que maneja el país están muy por encima de las empresas ucranianas. Se estima que entre octubre de 2021 y febrero de 2022 se habría cuadruplicado el precio en yuanes del metro cúbico de neón.
La otra opción de que alguna compañía ocupe el espacio de Ingas y Cryoin tampoco parece viable. Principalmente porque se necesitarían entre 9 meses y dos años para aumentar la producción del gas.
La situación con respecto a ambas compañías ucranianas y la escasez de chips puede variar para bien o para mal en los próximos meses dependiendo de la situación bélica.