Y ABUSO DE AUTORIDAD
Leyes actuales les permiten actuar con impunidad, señala especialista.
La corrupción está enquistada en la gran mayoría de gobiernos locales y las recientes detenciones de alcaldes en la ciudad de Lima son solo la punta del iceberg dentro de esta oscura maraña, que se tiende a vista y paciencia de las Oficinas de Control Interno (OCI) de cada entidad.
Así lo señaló el abogado penalista Víctor Quijada Tacuri, especializado en gobiernos locales, quien indicó que más del 90 % de burgomaestres a nivel nacional tiene denuncias por corrupción o abuso de autoridad, ya sea por parte de sus vecinos, proveedores u otras personas afectadas.
Agregó que las leyes de contrataciones del Estado les permiten actuar de manera impune, ya que les dan un poder discrecional muy amplio a las áreas de logística, que adaptan los términos de referencia a las empresas que se desea favorecer.
“De esta manera se direccionan los procesos y se dejan márgenes para el pago de sobornos a nivel municipal”, dijo el abogado.
Quijada Tacuri señaló además la responsabilidad de las OCI, que son pagadas por los propios municipios y suelen ponerse de costado frente a estas irregularidades.
En ese sentido, consideró que los concejos municipales deberían tener mayores competencias para fiscalizar y no estar dominadas por el grupo del alcalde ganador, sino que el número de concejales debe ser proporcional a los votos válidos por cada agrupación política.
“En el fondo no elegimos alcaldes, elegimos pequeños sátrapas que actúan impunemente por cuatro años, algunos se enriquecen y luego desaparecen”, opinó también el analista político.
De esta manera, una reforma en el proceso de elección de autoridades es importante para evitar tener alcaldes y/o gobernadores regionales tras las rejas, como en los últimos tiempos.
Con un propósito
El viceministro de Orden Interno del sector Interior, Rubén Vargas, sostuvo que aquellos alcaldes detenidos por la Policía por presuntamente pertenecer a organizaciones criminales con las que cometían fechorías aprovechando su posición de autoridad, postularon a esos cargos con ese propósito determinado.
“No es que, por una situación difícil de entender, ellos se han pasado al lado oscuro de la fuerza, sino que entraron a sus cargos con antecedentes y se les hizo muy fácil ponerse a la cabeza de esas organizaciones”, indicó.