Por: Jorge B. Hugo Álvarez / El Inspector General de la Policía Nacional, General PNP, abogado Herly W. Rojas Liendo, asumió interinamente la Comandancia General de la Policía Nacional en un grave contexto de afectación a la seguridad ciudadana. No obstante, la opinión pública empieza a percibir en la labor policial un signo distintivo de sacrificio, esfuerzo y humanidad, que estamos seguros con el comando del General Herly Rojas cobrarán mayores acciones de relevancias y bríos.
Pues el general PNP lleva consigo la justicia y el orden grabado en su corazón por los dolores sociales que pudo percibir allende las montañas inhóspitas de nuestra Amazonía. Vale el testimonio de la imagen viva del periodista Leonidas Canchanya sobre el general: Genio y figura desterrando el viejo pesimismo del que, nada se puede hacer. Él lo era todo, valor y humanidad.
La descollante labor policial de Herly RoJas como Jefe de la Macrorregión Policial de Loreto-Iquitos es extraordinaria, nada tan ajena a la pluma fina de sus memorias. El exlicenciado EP, cabo Francisco Dávila Sánchez y esposa Lidia Pereira, legendarios guardianes del Hito 14 en la lejana frontera con Colombia, nos dan testimonios firmes de la grandeza y calidad humana del general.
De la nobleza y sencillez de los lugareños de nuestras fronteras, hasta suboficiales y oficiales de la Policía Nacional, lo recuerdan con honor y lealtad, su sentido real de lucha contra la ilegalidad en la fragilidad de nuestras fronteras.
Los verdaderos líderes policiales deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por su institución y por la seguridad ciudadana. RoJas solía decir, en la lejanía del Hito 14: “Nunca debería ocurrir que en estas tierras tan hermosa experimenten la acción perversa de narcotraficantes, terroristas, contrabandistas; peor aún la indiferencia y abandono de nuestros compatriotas”.
El alto oficial hizo de su carrera policial un apostolado de la paz, del entendimiento humano que en las sabias alturas de sus responsabilidades aconsejaba usar el tiempo razonablemente para darnos cuenta que siempre existe un momento oportuno para hacer las cosas bien.
En su andar por zonas cálidas de gentes sencillas, afluyeron en él, ese don humano por la solidaridad, hermandad, en lo justo, sencillo y noble. Allá en el Hito 14, Río Ataucari frontera con Colombia y Perú, siendo testigo presencial de las carencias de nuestros compatriotas en vastos territorios de selvas agrestes, con frecuentes lluvias tropicales sin posta médica alguna, sin energía eléctrica y agua potables, entre otras tantas carencias.
Él hubiera deseado desprenderse de sus pertenencias para despertar en el alma ingenua de un niño, una sonrisa tímida o tal vez el despertar que es posible un mañana mejor.
Todos recuerdan el noble gesto del oficial cuando visitando los destacamentos policiales en la frontera del olvidado Hito 14, se acercó al guardián del indicado hito, Sargento EP (R) Dávila Sánchez y esposa para hacerle entrega de su peculio, la suma de 200 soles. Fue tal la emoción que atinó a decir: “Muchas gracias mi General”.
(*) Abogado penalista y analista político.