Un problema de nunca acabar

por | Abr 8, 2019 | Opinión

Por: Martín Valdivia

Hablar de desnutrición crónica infantil en el Perú es hablar de un problema que le cuesta al Estado más de 11 mil millones de soles (equivalente al 2.2% del Producto Bruto Interno) en términos de pérdida de productividad; es decir, un niño que creció desnutrido tendrá inevitables repercusiones en su vida de adulto, influenciando esta difícil situación en su desempeño laboral e intelectual a futuro.

A lo largo de estos últimos años, gracias a la intervención de diversos organismos no gubernamentales y a proyectos gestados por los propios gobiernos, se ha logrado reducir en algo esta situación. Pero, como dirá César Vallejo, hay-hermanos- muchísimo que hacer.

Según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), el 43.6% de los menores de tres años – unos 620 mil pequeños – padece de anemia: 39.9% en la zona urbana y 54.5% en la zona rural. Puno, Loreto, Pasco, Huancavelica y Ucayali, son las regiones más golpeadas por este flagelo, sometiendo a nuestros niños a un inevitable retraso en su crecimiento, limitándolo intelectualmente y exponiéndolo a padecer infecciones por su escasa resistencia a las enfermedades.

¡Estas son las cosas que debería ocupar el mayor tiempo de trabajo a nuestros políticos y no las discusiones bizantinas a las que nos tienen acostumbrados! Esta es una realidad que muy pocos quieren ver. ¿Y así pretendemos ser el país que lidere los índices macroeconómicos de desarrollo en la región? El Perú jamás será un país desarrollado en tanto tenga una deuda de tamaña magnitud con nuestra niñez, sobre todo la que vive en las zonas alto andinas del país.

Antes de las elecciones generales del 2016, la Iniciativa Contra la Desnutrición Infantil (IDI), tuvo la feliz iniciativa de comprometer a los entonces candidatos a la presidencia de la República a reducir los índices de desnutrición infantil en niños menores de cinco años de edad en las zonas rurales y estratos más pobres,  de 34% a menos de 20%, y a nivel nacional a menos del 10%, además de disminuir la anemia en niños menores de tres años de edad a nivel nacional de 43% a menos de 20%.

PPK firmó este compromiso y es menester que Martín Vizcarra lo ratifique, pues él formó parte del gobierno de Kuczynski como primer vicepresidente. Entidades como Unicef, Cáritas del Perú o Prisma se lo harán recordar al finalizar su gobierno. En esta problemática todos estamos comprometidos, Estado, empresas y ciudadanos. Nadie puede cerrar los ojos ante una realidad que nos golpea la cara y que muy pocos quieren ver, sobre todos nuestra clase política, más preocupada en mirarse los zapatos que en ver el bosque. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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https://larazon.pe/2019/04/05/del-solar-mas-sombras-que-luces/


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