Una política educativa que apuesta por la responsabilidad

por | Oct 17, 2020 | Sin categoría

Por: Federico Prieto Celi / Cuánta depresión juvenil se habrá convertido en gozo al saber que el ministerio de Educación ha dictaminado el pase automático de los escolares al curso inmediato superior sin necesidad de examen final. Una apuesta por la responsabilidad de los padres de familia y de los mismos alumnos, que deberán interesarse en estudiar las materias cursadas este año 2020, con el fin de honrar la confianza del ministerio de Educación, y estar adecuadamente preparados para estudiar las materias del curso siguiente.

Esta experiencia única dejará huella en el alumnado. Tendrá, sin embargo, una prueba en diciembre de 2021, cuando deberán demostrar que saben los cursos seguidos en el bienio que entonces terminará. Solamente los que están cursando quinto de secundaria este año deberán examinarse y, de no aprobar, subsanar los cursos desaprobados; ello, porque se trata de los que terminan en diciembre de este año sus estudios escolares, y deben hacerlo correctamente.

Los detalles reglamentarios de esta medida están en la resolución viceministerial 193-2020. Lo importante es que así se salva a todo un grupo de escolares que, de ordinario hubieran dado examen final y la gran mayoría lo hubieran aprobado.

Como virtualmente no se puede hacer esa prueba sin correr el riesgo de irregularidades, sólo cabía esta medida positiva, puesto que la negativa era hacerles repetir el año. Entiendo que España, entre otros países, ha hecho lo mismo, con las singularidades propias de su esquema escolar.

Corresponderá a las escuelas y colegios, públicos y privados, hacer el esfuerzo de orientar a sus escolares para que hagan las cosas lo mejor posible, que suplan las deficiencias inevitables en el aprendizaje, cada plantel de acuerdo al prestigio que tenga, a la calidad docente y laboriosidad de los profesores y, en fin, también de los padres de familia.

Es obvio que todo experimento tiene lagunas. Por ejemplo, EsSalud informa que en lo que va de epidemia covid-19 hemos padecido en el Perú 70 suicidios de menores de 18 años, fruto de una depresión grave, en medio del encerramiento social obligatorio.

La depresión es consecuencia de la ausencia de relaciones sociales, indispensables especialmente en la juventud. En ese marco, la medida de la aprobación automática es laudable, porque alentará a muchos muchachos/as desconcertados por el estudio virtual.

El ministerio de Educación tiene ahora la tarea de evaluar el desempeño de profesores durante el presente año, en la función de maestros virtuales, y corregir las principales deficiencias encontradas, con vistas al próximo año. A su vez, este esfuerzo deberá repercutir con el rendimiento del alumnado.

En un país con selva, andes y desiertos, y con ciudades con tanta informalidad, este suceso de confianza colectiva del Estado en la formación de la juventud es algo que debe tomarse muy en serio. Tanto más que el covid-19 ha mirado ahora a los mayores y menores para extender contagios entre ellos, y salud y educación son las dos columnas de la tradición y del desarrollo de los pueblos.

(*) Periodista y analista político

(*) La Dirección no se hace responsable por los artículos firmados.


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