Informó la Fiscalía de la Nación, Rodrigo Morosoli
Una mujer en Montevideo se hacía pasar por enfermera del Banco de Previsión Social para engañar a adultos mayores. Su función era acompañarlos a su casa para drogarlos y luego robarles dinero y algunas pertenencias.
El fiscal Rodrigo Morosoli le imputó a la mujer, bajo las iniciales G.A.R.H., los delitos de incapacidad compulsiva, lesiones graves, hurto y lesiones personales, informó Fiscalía de la Nación y consignó Montevideo Portal. Se le impuso prisión preventiva durante seis meses mientras que continúa la investigación.
La primera denuncia refiere al 22 de marzo de 2018, cuando en la tarde una señora mayor de 87 años de edad, de iniciales A.N., salió de su casa hacia el supermercado en el Centro de Montevideo. Cuando se acercó al comercio, se le acercó G.A.R.H. y se le presentó como funcionaria notificadora del Banco de Previsión Social y le dijo que debía entrevistarla.
A.N. le dijo que estaba ocupada y entró al supermercado. A la salida, la falsa funcionaria la seguía esperando y esta la ofreció acompañarla hasta su casa, sacándole las bolsas de compas de las manos. Le dijo, además, que tenía mala cara, las manos coloradas y que estaba muy enferma. Le tomó la presión allí y le dijo que la tenía alta, pero que tenía un remedio para eso, así que se dirigieron a la casa de la señora mayor.
Una vez dentro, la supuesta funcionaria le dio un vaso de agua con limón a A.N. y un fármaco que hizo que la víctima se desvaneciera. Aprovechando que la víctima estaba acostada en el suelo, la mujer tomó aproximadamente 3.000 pesos uruguayos (casi 70 dólares americanos) y unos recibos del Banco de Previsión Social, retirándose sin ser perseguida y dejándo a su víctima inconsciente.
Cerca de las 19:40 horas, la hija de la víctima se dirigió hasta el apartamento de su madre porque no obtenía respuesta de los llamados telefónicos que le había hecho en el correr de la tarde. Al llegar, se dio cuenta que la puerta estaba cerrada, pero sin llave, y encontró a su madre tendida en el sillón de estar. La hija llamó a la emergencia móvil, donde le diagnosticaron “depresión de conciencia probablemente farmacológica”. Cuando la señora mayor recuperó la conciencia, contó lo sucedido al equipo médico e hizo la denuncia policial correspondiente.
La segunda vez que esto sucedió fue el 12 de octubre de 2021, también durante la tarde. G.A.R.H., la mujer imputada, se vistió de “ropas blancas y una sobre túnica azul con guantes de látex”. De esa forma se presentó en la casa de una nueva víctima. G.B., de 87 años, le creyó a la imputada que era enfermera y que venía en representación del Banco de Previsión Social. También le informó que, según el banco, tenía treinta mil pesos uruguayos (casi 700 dólares) para cobrar y esta le permitió el acceso a su casa.
La imputada le pidió a G.B. su documento de identidad, luego la hizo firmar varios papeles con el logo del Banco de Previsión Social. Le midió la presión y le dijo que la tenía muy alta. Entonces, le dio un un vaso con agua, limón y miel y le dio para tomar una pastilla. La señora mayor se desvaneció luego de ingerir el fármaco.
Esta vez, G.A.R.H. se llevó 4.000 pesos uruguayos (casi 100 dólares), un anillo de oro con rubíes, un termo, un mate, un azucarero y la cédula de identidad de la víctima, así como sus recibos del Banco de Previsión Social.
Por la noche, G.B. fue encontrada por su hijo, quien fue a la casa de su madre alarmado porque esta no le atendía el teléfono. Cuando llegó, vio la puerta de la reja abierta y adentro un gran desorden, encontrando a su madre en el piso del baño, “pálida y fría”, según la Fiscalía. Llamó a la emergencia médica y la segunda víctima fue derivada a un hospital donde le contó a sus familiares lo ocurrido y luego realizó la denuncia policial correspondiente.
Fuente: Infobae