Los trabajadores se tuvieron que esconder
En un nuevo acto de improvisación del gobierno, el ministro de Defensa, José Luis Gavidia, se dirigió al kilómetro 13 de la Carretera Central para fungir de vocero ante los manifestantes que participan en el paro de transportistas. Sin embargo, todo se salió de control y trabajadores de un grifo tuvieron que esconderse para lograr ponerse a buen recaudo.
Gavidia intentó convencer a los manifestantes que los precios de los combustibles, uno de los reclamos, habían sido reducidos; pero ante la insistencia de los pobladores decidieron ir con el ministro hacia un grifo para conocer sobre los costos.
Al llegar a un grifo de la zona, los manifestantes se salieron de control y empezaron a destruir las instalaciones. Jalaron las mangueras, rompieron las pantallas de los precios y los trabajadores del local tuvieron que esconderse para protegerse.
Tras esta situación, Gavidia desapareció al instante. Aparecieron miembros de la Policía Nacional y minutos después, ya fuera del tumulto y bien resguardado por su seguridad, el ministro responsabilizó a los empresarios y prensa de no difundir las medidas que ya tomó el Gobierno para reducir los costos de los combustibles.