Vicenta Acapana, de 51 años, resultó con graves lesiones en su cara y oreja. Por medio de RPP, solicitó a las autoridades que localicen al joven responsable y lo ingresen a una institución especializada.
La señora Vicenta Acapana (51), que se gana la vida vendiendo tamales y paltas en su puesto ambulante, fue acuchillada en la cabeza por un sujeto con aparentes alteraciones mentales. El ataque ocurrió a la altura del Paradero 12 de la avenida Las Flores, en San Juan de Lurigancho (SJL).
Una mujer llamada Vicenta Acapana (51), quien se gana la vida vendiendo tamales y paltas en su puesto ambulante, fue atacada con un cuchillo en la cabeza por un individuo que aparentemente presentaba alteraciones mentales. El incidente tuvo lugar en el Paradero 12 de la avenida Las Flores, en San Juan de Lurigancho (SJL).
Las cámaras de seguridad del distrito grabaron el violento ataque: en las imágenes, se observa a la mujer en su puesto, cuando de repente aparece el agresor, vestido de negro, quien, sin mediar palabra, se abalanza contra Vicenta Acapana y le propina varios cuchillazos con un objeto puntiagudo.
La mujer fue trasladada de urgencia al Hospital San Juan de Lurigancho, donde se encontró con otra persona que también había sido víctima del mismo individuo, quien presuntamente presentaba alteraciones mentales.
Agresor identificado
Vicenta Acapana identificó al perpetrador del ataque como Paul Alexander Zavala Vargas (28), quien, según ella, tiene un registro en el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis) «por discapacidad de conducta».
La mujer hizo un llamado a las autoridades para que localicen al joven y lo internen en una institución especializada, ya que representa un peligro para la comunidad. Expresó su temor y solicitó que el individuo sea detenido y tratado, ya que podría atacar a otras personas en el futuro.
Este lamentable suceso pone de manifiesto la importancia de brindar el apoyo necesario a las personas que presentan alteraciones mentales, así como la necesidad de contar con sistemas efectivos para identificar y ayudar a aquellos que puedan representar un riesgo para la sociedad.
La situación de inseguridad y el temor que experimenta la comunidad ante este tipo de episodios requiere una respuesta urgente por parte de las autoridades competentes. Es crucial tomar medidas para prevenir incidentes similares en el futuro y garantizar la protección de la ciudadanía.
Además, es fundamental promover la sensibilización y concienciación sobre la importancia de brindar apoyo y tratamiento a las personas que enfrentan desafíos relacionados con su salud mental, a fin de evitar que se conviertan en un peligro para sí mismas o para los demás.
La historia de Vicenta Acapana es un recordatorio de la vulnerabilidad de ciertos grupos de la sociedad y la necesidad de implementar políticas y acciones que promuevan el bienestar y la seguridad de todos los ciudadanos, independientemente de sus circunstancias individuales.
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