Venezolanos aseguran que buscan objetos reciclables dentro del basural sin embargo imágenes demuestran la dura situación por la que atraviesan al no tener que comer
Brasil. Un grupo de refugiados venezolanos montó una pequeña villa en el basurero municipal de Pacaraima, la ciudad brasileña en la frontera con Venezuela, en donde prácticamente disputa restos de comida con buitres y perros.
En unas seis pequeñas viviendas fabricadas con material de desecho y escondidas en un pequeño bosque en medio del basurero de Pacaraima, viven unos cuarenta refugiados venezolanos, según pudo constatar Efe en una visita al lugar, ubicado unos 10 kilómetros de distancia de la frontera entre ambos países.
Pacaraima, el único paso en los casi 2,200 kilómetros de frontera terrestre entre Brasil y Venezuela, recibe diariamente unos 400 venezolanos que huyen de la crisis económica, política, social y humanitaria de su país.
Y muchos, sin recursos para continuar hacia Boa Vista, la capital del estado de Roraima, terminan estableciéndose en Pacaraima y sus alrededores, para vivir de lo que pueden, lo que ha generado tensión por el aumento de la violencia en la región y ha provocado hasta ataques xenófobos.
Pese a que aseguran que se dedican a rebuscar entre la basura latas, metales, cartones y otros materiales reciclables que pueden ser revendidos, los venezolanos establecidos en el basurero no esconden que también buscan comida para su propio consumo.
Uno de ellos ni se importó con las cámaras filmándolo en el momento en que rasgaba una bolsa con pedazos de pollo congelado sin condiciones de consumo de la que emanaba un olor nauseabundo y de la que separó las que consideraba menos dañadas.
Las más podridas las arrojaba lejos e inmediatamente eran disputadas por perros y buitres.
Una vez separadas las escondió en un recipiente que tapó con otras basuras para impedir que los animales le robaran su tesoro.
La aparente calma en el basurero es interrumpida dos veces por día cuando un camión trae la basura procedente de Pacaraima y la arroja al depósito sanitario.
En ese momento se produce una correría de inmigrantes interesados en lo que puedan rescatar de la basura recién llegada y que retiran de las bolsas que rasgan a la fuerza.
Según datos oficiales, al menos 264,000 venezolanos que huyeron de su país e ingresaron a Brasil ya solicitaron la regularización de su situación migratoria en el país.
De acuerdo con la ONU, unos cuatro millones de venezolanos han salido de su país rumbo a otros lugares del mundo desde finales de 2015, en uno de los mayores flujos migratorios del planeta.