El mandatario Nicolás Maduro, afirmó en una entrevista que su país estaría produciendo un millón de barriles de petróleo diarios.
Ha empezado a salir más petróleo del subsuelo venezolano. Posterior a la cruda producción que tuvo durante los últimos dos años y que conllevo a un retroceso histórico, en los últimos meses se ha evidenciado un repunte de hasta unos 824 mil barriles, aproximadamente doblando la producción de 434 mil petróleos extraídos en el mismo mes de 2020.
Nicolás Maduro, presidente venezolano, declaró que el país habría vuelto a generar un millón de barriles diarios. «Este año llegamos a un millón, la meta el próximo año es llegar a dos millones», aseguró.
En 1998, antes de la llegada al poder de Hugo Chávez, Venezuela producía unos 3.120.000 barriles diarios de crudo, de acuerdo con cifras de la OPEP.
Tras el descenso abrupto debido a la huelga de trabajadores petroleros durante los años 2002-2003, la producción petrolera regresaría a la cifra de 3 millones en el año 2004, posteriormente comenzaría la caída que dejaría hasta los 2 millones y medio en el año 2015.
Desde ese entonces, la pendiente se aceleró hasta encontrase en menos de un millón y medio de barriles diarios en noviembre de 2018. Dos meses más tarde, el gobierno estadounidense impondría sanciones contra la industria petrolera de este país, lo cual dejaría totalmente hundida la producción petrolera de nuestro país vecino.
Varios expertos en el ambiente, critican la cifra anunciada por Maduro, no obstante, reconocen que, en 2021, Venezuela logró recuperar ligeramente parte de su producción petrolera y señalan como pieza clave de este proceso a Irán. ¿Por qué?
José Toro Hardy, economista petrolero que fue miembro de la junta directiva de la estatal venezolana PDVSA señaló que: “Venezuela está importando diluyentes de Irán -nafta, condensados, crudos livianos- que están siendo mezclados con el crudo extrapesado venezolano”. Estos diluyentes eran producidos antes por Venezuela, pero ya no se realiza esta producción debido a que hay muchos campos petroleros cerrados, es por esto que a cambio de que Irán le entregue esos diluyentes, Venezuela le entrega una parte de la producción. «Irán, al igual que Venezuela, está sancionado por Estados Unidos y su producción petrolera ha caído fuertemente. Probablemente ese petróleo que está saliendo, digamos, al margen de las sanciones que tienen tanto Venezuela como Irán, lo está haciendo en tanqueros no reconocidos, que incluso apagan los dispositivos para no ser ubicado satelitalmente. Ese es un petróleo que Irán puede comercializar una vez que lo tienen en su poder».
Hardy coincide en que, en las condiciones actuales, la producción petrolera venezolana tiene un margen de crecimiento limitado. “Se ha estimado que, entre inversiones y gastos, para recuperar los niveles de producción de hace 20 años se requerirían cerca de 25.000 millones de dólares por año durante los próximos 8 o 10 años».
Así, al menos de acuerdo con esos cálculos, los planes de Maduro de aumentar la producción hasta 2 millones de barriles diarios en 2022 lucen cuesta arriba.