Por: Carlos Linares Huaringa
Twitter: @carloslinaresh
Quince personas fueron detenidas por los disturbios desatados durante la marcha en contra del Congreso de la República. Entre ellas se encuentra un menor de edad y el sujeto acusado de prender fuego a un patrullero, a quien se le encontró, entre sus pertenencias, según la Policía, una botella con líquido inflamable.
Imágenes grabadas por los propios revoltosos y que fueron subidas a redes sociales muestran cómo el numeroso grupo de vándalos, que en su mayoría tenía los rostros tapados, rodea el vehículo policial y obliga al único efectivo que estaba al interior a abandonarlo.
Se escucha cómo los encapuchados azuzan a los demás manifestantes a tomar la camioneta, en medio de gritos de «quémenlo» y «voltéenlo». Inmediatamente proceden a lanzar palos, piedras y ladrillos contra el carro, y posteriormente a incendiarlo.
Al cabo de unos minutos llegan más efectivos y dispersan a la multitud con gas lacrimógeno.
Como siempre ocurre, luego del acto vandálico, los promotores de la marcha salieron a lavarse las manos denunciando que todo se trataba de un sicosocial milimétricamente armado para desacreditarlos. Para ello arguyeron que era “sospechoso que un patrullero estuviese abandonado”, que “el policía haya dejado sin problemas el vehículo” y que sus colegas demoraran varios minutos en llegar al lugar.
En la misma línea afirmaron que los encapuchados violentistas “eran policías infiltrados” y que las grabaciones difundidas por diversos medios habrían sido realizadas por personajes vinculados al fujimorismo.
Sin embargo, el parte policial detalla que el vehículo llegó a la zona (cruce de los jirones Cusco y Lampa) a las 20.20 horas movilizando a seis agentes de la División Policial Norte 1 como refuerzos.
Asimismo, el efectivo que se encontraba en la unidad relató que fue rodeado “por una turba de 200 personas” que lo amenazó diciendo “que me iban a matar y quemar vivo con todo el patrullero”, por lo que decidió retirarse sin mostrar resistencia.
En tanto, la identificación de los violentistas se logró apoyada en el material audiovisual subido a redes sociales por los mismos manifestantes, donde se pudo observar a varios de los detenidos y las prendas e implementos que llevaban.
De otro lado, la Unidad de Servicios Especiales (USE) fue la que se hizo presente algunos minutos después de iniciarse los desmanes debido a que se encontraba a unas cuadras del lugar.
Respecto al último cuestionamiento, está absolutamente demostrado que los grupos promotores de la manifestación transmitieron en vivo, principalmente a través de Facebook Live, lo que ocurría, y que los diferentes portales informativos difundieron esas imágenes, inclusive citando la fuente. Y a ello debe añadirse que los mismos videos muestran a los manifestantes grabando con sus celulares el vandalismo que ocurría, mientras gritaban y agitaban los brazos.
Como he señalado anteriormente en este mismo espacio, todos tienen el derecho a protestar, pero si realizan actos de violencia como los de ayer, les debe caer todo el peso de la ley. Por ello, esperamos que tanto fiscales como jueces tengan los pantalones suficientes para sancionar los delitos cometidos. Ya es hora de mostrar firmeza ante delincuentes que utilizan el derecho a la protesta para camuflar su delictivo accionar.