Por: Phillip Butters / Cuando Ollanta Humala y Nadine Heredia se hicieron del poder en el Perú, al suscrito, que “no come vidrio”, que no creo cuentos porque tengo algo de vida y experiencia, se le vinieron a la cabeza otros dos aventureros, Alejandro Toledo y Eliane Karp.
Si recuerdan, ambas parejas presidenciales tenían el mismo discurso anticorrupción para con sus predecesores.
Para Ollanta y Nadine, Keiko y su papá eran grandes delincuentes, al igual que Alan y todos los que estaban en sus pensamientos.
Por supuesto, ni Chávez ni Maduro eran delincuentes, porque el Comandante les mandaba plata por Kaymasak SAC, para que Nadine pudiera hacer la finta de que trabajaba.
Por supuesto, había un señor, Carlos Paredes, que terminó siendo su Ministro de Transportes y Comunicaciones, y hermano de “Pepe” Paredes, el que les ha “tirado dedo” por coimas de 16 millones de dólares.
Este señor, se dedicaba a fraguarle consultorías de Marketing para Palmas Aceiteras, que son cosas que Nadine no tenía idea de cómo se hacía.
Además, le mandaban dinero con una empresa de Venezuela que se llamaba Apoyo Total, donde supuestamente ella hacía labores de periodismo.
Ahí comenzó su manera de amasar dinero. Y no solo llevó plata de “Nico” Maduro, sino que Virly Torres le mandaba efectivo continuamente. Virly era una venezolana que traía dinero en cash durante el gobierno de Toledo siendo Premier PPK.
Y bueno, ellos comenzaron a hacer dinero y vino Odebrecht, y vino OAS. Y Nadine se dio cuenta de que podía comprar carteras Louis Vuitton, alfombras persas, muebles Ferrini, vestidos de Carolina Herrera, etc.
Resulta que la Fiscalía le ha encontrado un desbalance patrimonial, ya desde esas épocas, de más de 1´200,000 de soles.
Pero ella no es la única que tiene ese problema. También lo tiene su mamá, Antonia Alarcón Cubas, esa humilde transportadora de niños en movilidad escolar, que terminó comprándose una casa.
La amiga de Nadine, Rocío Calderón, que de la nada era asesora de OAS y terminó trabajando en la OSCE, Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado, en el gobierno del esposo de su amiga Nadine.
El hecho es que la esposa de Ollanta tendrá que afrontar esta acusación fiscal que prepara el señor Juárez Atoche.
El problema es que Eliane era lo mismo, Nadine aprendió de Eliane todas las mañas, porque la esposa de Toledo también ha tenido Ecoteva y ha tenido un hermano que ha sido Cónsul de Perú en Vaduz, capital de Liechtenstein.
Bueno, la historia de Ollanta y Nadine es muy parecida a la de Toledo y Eliane. Y sus destinos parece que van a ser los mismos, la cárcel de por vida para Alejandro Toledo y para Ollanta Humala, mientras que a Nadine, en el mejor de sus casos, por lavado de activos le pondrán 16 años de cárcel y seguramente terminará pidiendo clemencia, como en su momento les pidió a ellos Fujimori.
En el caso de Eliane, tiene la opción de largarse a Israel o a Bélgica y abandonar a Toledo en su celda, donde el síndrome de abstinencia ante la falta de whisky y de cocaína le estarán volviendo loco.
Así es la vida de estas dos señoras. Nadine y Eliane, a la hora, ambas cuentan millones de razones para ir presas.