Ya este mes de febrero se comienza a terminar esta semana y la gente sigue desesperadamente haciendo colas por oxígeno. En prácticamente todos los hospitales del Estado peruano no existe la suficiente cantidad de oxígeno para atender no solo las camas UCI, sino también en las regulares, las que requieren las hospitalizaciones comunes para operaciones de riesgos generales, como las cardiacas, traumatismos, accidentes, temas oncológicos, en fin.
Ello es la confirmación de la absoluta incapacidad del Partido Morado que gobierna, de no poder realmente importar lo más básico que necesita la salud pública.
Y pasan las semanas y Sagasti se sigue derrumbando en aprobación. En la última encuesta del CIT, sigue cuesta abajo. Pese a que yo no soy un defensor ni una persona que le cree a las encuestas, es evidente que el ritmo de colisión con el suelo es algo que le viene a Sagasti.
Con respecto al caso “Vacunagate”, vemos que la señora Violeta Bermúdez ha perdido toda credibilidad, no tuvo la vergüenza de renunciar junto con la Mazzetti y la Astete, y ahora cada vez que habla los periodistas que le escuchan no solamente no le repreguntan, sino que no le creen nada de lo que ella dice.
Tal es así que el embajador Allan Wagner, a los pocos minutos tiene que aclarar lo que la señora trató de ocultar. A estas alturas, son cerca de 3 600 dosis que llegaron al Perú y que nadie sabe cómo se han administrado.
El doctor Málaga tiene pie y medio en la cárcel y seguramente va a perder su colegiatura, pero seguimos sin saber el destino de todas las vacunas. Que si fueron 2 mil para el Minsa o 1600 para la embajada China, cosa que a estas alturas ya resulta irrelevante, salvo que nos podamos encontrar con una cuestión alucinante, como que hayan vacunado a toda la bancada del partido de Gobierno. Una barbaridad de esa naturaleza, o que además de Vizcarra hayan vacunado a otro candidato ligado a la izquierda caviar. O por último, periodistas “importantes” de canales que tengan amplia fijación por el color Morado.
La verdad es que así todo sería parte más grande del escándalo, cuando lo sustantivo está en solucionar el problema de los nuevos dos contratos de vacunas que tienen que realizar el embajador Wagner con Sinopharm, y como nosotros apuntamos en Combutters, por Willax y el noticiero del PBO, el señor Ugarte se había tirado a la piscina sin agua, porque primero argumentó que iba a vacunar a todos los miembros de mesa pero ya se dio cuenta que eso no alcanzará.
De otro lado, en las encuestas ya no solamente la de CIT, sino también la de Datum, comienza a aparecer y con fuerza “La ola celeste”, de Rafael López Aliaga, el multimillonario que no tiene lujos, que no ostenta su dinero sino que se lo regala a los pobres, porque sabe cómo generar trabajos, porque ha hecho trenes, hoteles, centros comerciales, ha generado inversiones inmobiliarias, colegios, universidades, entonces es un tipo que es un “hacedor” y no un teórico.
Además, es un tipo que ha trabajado toda su vida y tiene cómo demostrar la licitud de su dinero, cosa que muy pocos candidatos pueden decir.
Es evidente que Julio Guzmán no trabaja, que Keiko se dedica a la política, que la señora Verónika Mendoza vive del aire, y que Forsyth, ese chiquito que no tiene patrimonio, que le regalan las motos y los carros, y que salvo De Soto o Acuña, difícilmente alguien más pueda decir que se hizo solo.
Y bueno, la situación es que podría arrebatarle la primera vuelta a muchos de los que se creen fijos, como Forsyth o Keiko, y vaya que puede haber una gran sorpresa. Ahora bien, el miércoles de esta semana habrá un importante Consejo de Ministros, donde deberían, sino anular la cuarentena, extenderla.
Es decir, dale la posibilidad a la gente que se regrese a su casa a las 9 pm y que se aperturen los restaurantes y los centros comerciales, centros de belleza, casinos, ferreterías, zapaterías y que por lo menos la gente pueda ir a trabajar de manera normal.
Queda claro que la cuarentena ha fracasado antes y que sigue siendo un fracaso ahora, y espero que entiendan que no pueden seguir quebrando los negocios como los centros de belleza, las ferreterías o cualquier otro. Basta de quebrar a la gente.
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