Decían ciudadanos de antaño: “Bueno es que coma la mona, pero no que todo se lo coma”
Entonces ¿Qué ya no hay gente en el callejón de la Plaza Bolívar? Que tal cachetazo a la empobrecida población al conocer que veintiún congresistas –entre los que se incluyen dos almirantes y un general de E.P. han cobrado gastos de instalación siendo residentes en Lima y Callao, predios aledaños al callejón de la Plaza Bolívar. Para llegar allí solo tenían que abordar una combi—los que no tuvieran transporte propio, se entiende—
¡Gastos de instalación! Así llaman al regalo. ¿Qué es instalación? ¿Quién fue el pícaro que puso nombre a ese descarado engaño?
Suponemos que en las oficinas que asignan a los congresistas no hay camas, colchones, cubre camas, veladores y etc. ¿Si esos enseres no son propios de una oficina para qué entonces gastos de instalación? Algunos pretextos podrían ser: Oiga resulta que nosotros recibimos visitas…– ¡Ah! ¡Bueno! El que puede …puede. Los otros que saquen la lengua.
En el caso de las damas tengo ciertas dudas. Tal vez Súsel Paredes podría ilustrarnos.
Indigna la alegría con que los de las FF. AA. agarren, pillen ese dinero, pero nada se les escucha que se atrevan a ver lo concerniente a la paupérrima pensión que perciben los de plana menor de esas instituciones después de 30 o más años consecutivos al servicio de la Nación.
Y si de dinero hablamos observamos que el sombrerón copiando o mejor dicho siguiendo las malas artes del lagarto Vizcarra y cara antigua, Sagasti, reparte bonos que es un contento a toda la civilidad. Claro que es pertinente y urgente …Pero a los jubilados de las FF.AA ni michi. Son de otro planeta. Que se jodan, quien les mandó a ponerse uniforme militar…Los de FF. AA y PN vayan a freír monos ¿no es cierto comunistas y caviares? ¡¡Venganza, oye!! Pero no hay generales ni almirantes. Es una penaaa… que no me quieras amándote yo, de veras.
Por lo pronto el del sombrerón que en campaña dijera que bajaría los altos sueldos en la administración pública él, repito y, sus secuaces ministros se han empaquetado más de treinta mil soles. Todo fue puro chamullo. Pena por los idiotas que creyeron en esa cháchara política. En reversa esos pobres incautos ahora necesitan sudar más para comprarse la misma cantidad de panes que compraban antes que llegara el sombrerón.
Mirando algunos perfiles de los arribistas y aventureros que han trepado con Castillo al gobierno provocan risa a carcajadas. Sí porque dentro de poco harán homenaje al sombrerón—el sombrero grande que se coloca Pedro y Guido. Va en acelerado contagio. Por lo pronto la Dina ya se puso uno para decir que ella está con Castillo y no con Bellido. El idiota de las pelotudeces bermejo también quiere que se lo coloquen, el sombrero, hombre.
Los mejicanos que relacionan el sombrero con la música supusieron que Pedro se iba a lanzar con alguna que otra ranchera. Pero no. Y vaya que nos ha dejado por los suelos con la cháchara que se mandó. AL final la audiencia se quedó en la luna. Como han dicho la mayoría de medios democráticos la presentación y alocución a cargo de Pedro el sombrerón ha dado una vergüenza mayúscula a todos los peruanos. Otros de no muy buena entraña dijeron que este sombrerón es un cantinflas. Injuria mayor para el gran cómico mejicano Mario Moreno -Al margen de buenos humores observamos que Castillo sigue en su soberbia en nombrar en puestos expectantes tanto en importancia como bien aceitados. Recientemente agradeciendo los aplausos, por no decir adulación, de un balancín nombró a uno dizque hijito de papá que nunca tuvo chamba importante alguna.
Sin embargo, papaíto dijo de él –del nombrado en indecopi – que su hijito era la última chupada del mango en cuestión de leyes. Dijo: mi hijito es el mas, más de la jurisprudencia, el mejor abogado del Perú. Faltó que agregara que peinadito Guillén es promoción del agraciado con lo que ya podemos intuir de qué nivel es retoño de balancín.
Otros muchos, principalmente de Chota están sirviéndose de la misma adulación de balancín. Y viene entonces con mucha propiedad, en el argot de Pedro Castillo: “No más pobres en un país rico”. De ese estilacho los chotanos terminarán como propietarios de Movistar, Claro, Petro Perú y alguno que otro canal de Tv. A los que acaban de ponerles la puntería. Experiencia sobre lo último ya hay una que llegó del guarapero de Cabana. Su hermano jardinero chambón quiso comprarse la telefónica con solo cinco soles en el bolsillo.
(*) Miembro (r) de la Marina de Guerra del Perú y analista político.