Pedro Castillo y Vladimir Cerrón con los días contados
El 7 de octubre es un día clave en el Congreso de la República, ya que podría ser el inicio del derrumbamiento de las intentonas golpistas del presidente Pedro Castillo y su socio político Vladimir Cerrón.
Aunque peleados o distanciados, ambos comparten posturas extremistas, entre ellas la de imponer una nueva Constitución a través de una asamblea constituyente, a pesar que más de la mitad del país no la quiere.
Ese día vence el plazo para que el Poder Ejecutivo, o sea Castillo y su asesor en la sombra (Vladimir Cerrón), observen el proyecto de ley aprobado por el Congreso que regula la presentación de la cuestión de confianza.
NORMA
La norma fue aprobada por el pleno el pasado 17 de setiembre. Es un dictamen que dejaría al Ejecutivo sin armas para su perpetuo chantaje contra el Legislativo. El texto de este proyecto prohíbe que el premier interponga cuestión de confianza por proyectos de reforma constitucional y por temas que son competencia exclusiva del Congreso de la República.
Es decir, esta ley impide a Castillo hacer cuestión de confianza de la propuesta de una asamblea constituyente y de blindar a cualquier ministro cuestionado o envuelto en actos de corrupción o vínculos con el terrorismo.
Como era de suponer, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Aníbal Torres, anunció que el Gobierno observará la norma que regula la cuestión de confianza y que presentarán una acción de inconstitucionalidad si el Congreso la promulga por insistencia.
En el Parlamento esperan que el presidente la observe y ese mismo día aprobarla y promulgarla por insistencia. Mientras el Tribunal Constitucional no se pronuncie, la ley estará vigente, es decir el gobierno no podrá hacer cuestión de confianza a favor del ministro de Trabajo, Iber Maraví, sobre quien hay firmas suficientes para censurarlo.
Una vez que se promulgue la ley que regula la cuestión de confianza, la oposición presentará la moción de censura contra el titular de Trabajo.
Con dicha iniciativa, el premier Guido Bellido no podría pedir la confianza para salvar a Maraví. Según las mismas fuentes consultadas, con esa ley las bancadas de oposición alegarán que la censura es una competencia del Parlamento en la que no se puede inmiscuir el Gobierno.
CONTRADICCIÓN
En entrevista con una radio local, el ministro de Justicia señaló que el Congreso puede estar tranquilo, puesto que desde el Ejecutivo ya se tiene claro que no se hará ninguna cuestión de confianza.
“Lo repito, no habrá cuestión de confianza por el caso Iber Maraví, clarísimo y ahí acaba el debate. Congreso de la República, siéntanse tranquilos. No hay el ánimo de perjudicar al Congreso y establecer un camino para cerrarlo, no”, dijo Aníbal Torres.
Sin embargo, horas más tarde fue desautorizado por el presidente del Consejo de Ministros, quien precisó que esas declaraciones que emitió Torres son “personales” más no son en representación de todo el gabinete, ya que la última palabra la tiene el presidente de la República, Pedro Castillo Terrones.
“Lo que tenemos que entender es que para que haya consenso tiene que haber reunión y la única persona que asigna y ve esto, es el presidente de la República. En este caso, lo que ha expresado Aníbal Torres es una postura que él ha visto”, manifestó Guido Bellido.
PASOS
Bellido también aclaró que la decisión de solicitar la cuestión de confianza debe ser formulada por el presidente del Consejo de Ministros, en este caso su persona, y que eso debe ser “canalizado” por el jefe de Estado.
“Es natural que diferentes ministros puedan tomar su postura. Porque un ministro toma una decisión, no significa que haya contradicciones. Son opiniones que deben tomarlo de esa manera. Ya estoy claro”, puntualizó el premier.
En esa misma línea, la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte, señaló que “las declaraciones del doctor Aníbal (Torres) habría que tomarlas como una declaración personal”, contradiciendo lo mencionado por el ministro de Justicia, quien descartó que el Ejecutivo vaya a recurrir a la cuestión de confianza por Iber Maraví.
