Excanciller Luis Gonzales Posada revela el oscurso pasado de Luis Almagro
La extraña visita del secretario general de la OEA, Luis Almagro, al presidente Pedro Castillo, y sus posteriores declaraciones en las que señaló que el mandatario está comprometido en combatir la corrupción, convierten al representante de la Organización de Estados Americanos en un ayayero o blindador del régimen, sostuvo el ex canciller Luis Gonzales Posada.
En conversación con La Razón, el ex ministro aprista desnudó la trayectoria de Almagro.
– ¿Para usted es sorprendente lo dicho por el secretario general de la OEA?
– No, porque es un mitómano y manipulador político. Cuando fue electo el 2015 sostuvo “el único punto de la Carta de la OEA que deberíamos reformar es de la reelección del secretario general; es un cargo que no puede ser reelecto y es lo que defiendo en la práctica política”.
– Palabras que se llevó el viento..
– Así es, porque el 2020 enterró su promesa, volvió a postular y estará en ese puesto hasta el 2025.
– Fue postulado por el gobierno del Frente Amplió presidido por José Mujica, que también integra el Partido Comunista, y donde Almagro se desempeñaba como canciller
– Así es. Cazurro, para acceder a la secretaria general de la OEA no vaciló en halagar al dictador Hugo Chávez en la cadena televisiva TELESUR, manifestando “que ahí está la consolidación de un proceso que ha sido plenamente exitoso en su política interna y exitoso en su proyección internacional. Ese es el camino, ¿no?”. Lo dijo cuando Chávez había sido reelecto y reprimía severamente a la oposición. Gracias a su apoyo ganó y más adelante crucificó al chavismo, lo que si me parece muy bien y es su mayor activo.
– Su actuación en Bolivia a favor de Evo Morales también fue cuestionada.
– Fue una vergüenza. Morales salió electo para el periodo 2006-2011, convocó a una Asamblea Constituyente y fue reelecto para un periodo, del 2011 al 2016. Luego planteó un referéndum para modificar la Constitución y postular indefinidamente. Perdió la consulta popular, pero apeló a una sala del Tribunal Constitucional sometida a su régimen, que resolvió que podía hacerlo porque era un derecho humano. Un disparate que dice mucho de la talla de ese tribunal.
– ¿Cuál fue la posición de Almagro?
-El 22 de setiembre del 2017 sostuvo que “Evo Morales deberá respetar la decisión popular que dijo no a la reelección. Ningún juez puede levantar el dictamen del único soberano: el pueblo”. Luego envió el caso en consulta a la Comisión de Venecia, integrando por expertos constitucionalistas que asesoran al Consejo de Europa, quienes se pronunciaron en el sentido que “Una reelección no tiene absolutamente nada que ver con los derechos humanos […] Limitar los mandatos garantiza la democracia y no equivale a discriminación”. Almagro respaldó ese dictamen y después dio un giro total …
– Apoyó a Morales
– Así es. Viajó a Bolivia. Fue recibido con fanfarrias por Evo y ahí sostuvo que “no poder participar sería absolutamente discriminatorio” porque viola sus derechos humanos. Una felonía diplomática, ¿no? Ahora ha venido a blindar al gobierno de Castillo que disolvió el Grupo de Lima y reconoció como presidente de Venezuela a Maduro. Es decir, que hace exactamente lo opuesto a sus prédicas. Es sin duda una intromisión en asuntos internos, promovida por el embajador retirado Harold Forsyth, que fue el primero en reconocer a Maduro. La historia los juzgará y no los absolverá.
