Por: JORGE B. HUGO ÁLVAREZ / Paz para Ucrania, paz para el mundo

por | Mar 3, 2022 | Opinión

La paz es un anhelo humano para todos los hombres de buena voluntad  y la guerra, un afecto pernicioso a la “ley natural” del más fuerte o poderoso. Entonces, la paz siendo un derecho natural y la guerra su negación, resulta humanamente posible y racional, impedir las guerras y nunca fomentarlas.

Esta realidad prosaica nos trae a colación aquella memorable frase del exSecretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger cuando afirmaba sin tapujos: “Los países no tienen amigos, sino conveniencias e intereses”. Si bajo esta premisa, actúan los gobernantes y las élites económicas, financieras y políticas de las Naciones en el orbe;  entonces, la paz en el mundo no está garantizada.

Nada de lo dicho, va más allá de los cuestionamientos que podamos formular contra Rusia, Ucrania, EE.UU. de Norteamérica, Europa, Reino Unido, la OTAN, etc.   Son responsables de estas tragedias humanas, los líderes y los Gobiernos que lo fomentan. Pues, no existen guerras limpias, aun siendo justas. Todas son perversas y nos ubican en el nivel más bajo de nuestra condición humana.

Los pueblos del mundo deben condenar toda guerra y no dejarse manipular por las élites de las potencias mundiales, cuando la idea de la paz y de la necesidad de su realización debe anidarse en las mentes y en los corazones de todos los seres humanos.

Por tanto, la condena a toda guerra no puede tener una connotación racista, tampoco ideológica o de cualquier otra naturaleza. Igual debe condenarse toda invasión, como lo fue a Kosovo, Belgrado, Irak, Libia, Siria, Palestina, Afganistán etc.

Entonces, Estados Unidos, Rusia, China, Europa, Reino Unido, Corea del Norte, Irán, entre otros,  deben meditar sobre las consecuencias trágicas para los pueblos del mundo, lo que implicaría una Tercera Guerra Mundial. Pues, el derecho a la paz es el reconocimiento al derecho a la vida de manera individual y/o colectiva.

Los ocultos incendiaros de las guerras deben ser descubiertos y expuestos al reproche de la conciencia mundial. Pues, estos conflictos armados son soliviantados, manipulados y fomentados por conveniencias e intereses de las élites comerciales, económicas, financieras y políticas del orbe, que controlan Gobiernos y que afectan y/o hieren de muerte a los pueblos mayoritariamente.

Mientras ellos, lucran con la muerte, sudor y lágrimas de jóvenes y adultos que se combaten a muerte, unos a otros, sin conocerse. Otros conociéndose, los mandan a la guerra, limitándose a observar, cómo se liquidan, para apoderarse de sus riquezas y hacer los mejores negocios. Pues,  para los sinceros combatientes está en juego: La patria, la dignidad de su pueblo, su familia, su hogar, sus niños y sus mujeres, para los otros, sus intereses perversos.

La paz constituye un valor, un principio y un objetivo perseguido por los pueblos del mundo. Una aspiración universal de entrañable raíz humana. No hay derecho sin paz, tampoco paz sin derecho. Por tanto, aspiramos que prime la sensatez y cese el enfrentamiento armado entre Rusia y Ucrania.  Las bravuconadas no pueden tener cabida en este mundo.

(*) Abogado penalista y analista político.


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