Estuvieron internados y no pudieron escapar del incendio. La institución no cumplía con los permisos requeridos.
Siete jóvenes que intentaban dejar la adicción a las drogas han muerto en un incendio en una clínica clandestina en Ecuador. Fueron recluidos en un llamado centro de rehabilitación sin licencia en una casa en las afueras de Guayaquil. En las calles Q y 17, el fuego comenzó la tarde del martes y mató a siete reclusos de entre 18 y 25 años. No pudieron escapar del incendio ni salvarse. La clínica está cerrada. Durante los cuatro días de carnaval, los vecinos intentaron apagar el fuego con agua de una piscina inflable. Aunque algunos pacientes de la clínica ilegal fueron evacuados a tiempo -cinco de los heridos fueron trasladados al hospital-, los cuerpos de siete muertos permanecían en la morgue hasta el miércoles, jornada escolar primero después del puente, a la espera de que sus seres queridos lleguen. aviso.
Una fundación titulada Súmate a la Vida actúa como fachada de un centro de rehabilitación, que hoy recoge sellos post incendio del cuerpo de bomberos y de la ciudad de Guayaquil. Antes de que ocurriera y terminara el incidente, unos 30 reclusos no pudieron salir para superar su adicción al alcohol y las drogas.
Uno de los fallecidos se contuvo voluntariamente, aunque los seres queridos desesperados suelen visitar estas clínicas clandestinas para mantener a sus seres queridos aislados hasta que desarrollen síntomas de abstinencia, aunque los bomberos dicen que estos centros son un peligro potencial «incontrolable». No hay una versión oficial de cómo se inició el fuego, pero los equipos de emergencia lo atribuyen a que uno de los reclusos estaba siendo atendido iniciando el fuego con un colchón, precisamente para hacerlo huir.
El titular de la autoridad pública que controla este tipo de clínicas dijo al diario local El Universo: «Nos enteramos que no había salidas en el ala izquierda donde la gente estaba en llamas». El director del Programa Regional de Sanciones de Guayaquil, Guillermo del Pozo, afirmó que la clínica no cumplía con las normas sanitarias, no disponía adecuadamente de los desechos y no estaba registrada en el Ministerio de Inclusión Social ni en la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada.