Células cancerígenas tendrían “brazos” parecidos a los tentáculos y serían responsables del crecimiento del cáncer
Investigadores de la Universidad de Copenhague descubrieron que las células cancerígenas tienen tentáculos parecidos a los de un pulpo. A través de estos es que estas células pueden desplazarse por el organismo, cambiar de dirección e invadir los tejidos. Los científicos aseguran que si se limita ese movimiento podría detenerse el crecimiento del cáncer.
El profesor asociado Poul Martin Bendix recordó que las células carecen de cualquier característica parecida a los sentidos de la vista o el olfato. Sin embargo, la superficie de las células cancerígenas está equipada con filopodios ultradelgados que se asemejan a tentáculos de pulpo enredados.
“Estos filopodios ayudan a la célula a acercarse a la bacteria y, al mismo tiempo, actúan como antenas sensoriales que identifican a la bacteria como presa”, explicó Bendix.
De acuerdo con StudyFinds, Los científicos descubrieron este procedimiento mediante un microscopio. A través de este instrumento, los investigadores observaron a una célula que se acercaba y devoraba a una bacteria. El último hallazgo sugiere que estos “brazos” no solo son sensores, sino verdaderos tentáculos.
“Las células cancerosas se caracterizan por ser muy invasivas. Y es razonable creer que dependen especialmente de la eficacia de sus filopodios, en cuanto a examinar su entorno y facilitar su propagación. Por tanto, es concebible que, encontrando formas de inhibir los filopodios de las células cancerosas, se pueda detener el crecimiento del cáncer”, señaló el científico.
Natascha Leijnse, autora principal de la investigación, asegura que las células cancerosas “son capaces de doblarse —torcerse, si se quiere— de forma que les permite explorar todo el espacio que rodea a la célula, e incluso pueden penetrar en los tejidos de su entorno”.