JK Rowling la célebre creadora de Harry Potter es desde hace un tiempo víctima de una serie de desplantes y lo que en la práctica podríamos llamar una persecución debido a su posición “políticamente incorrecta” con relación a algunos temas relacionados al pensamiento impuesto por el progresismo sobre cuestiones de género.
La escritora ha sido acusada de transfóbica por haber comentado en Twitter por ejemplo que solo las mujeres menstrúan. Esta afirmación que parece una verdad evidente e irrefutable causó la indignación de grupos que lo consideraron discriminatorio.
Todo este increíble problema se inició cuando ante la publicación en Twitter del enlace al artículo titulado “Opinión: Creando un mundo post-Covid-19 más igualitario para la gente que menstrúa”, JK Rowling comentó irónicamente que “esa gente que menstrúa… solía tener un nombre”, haciendo clara alusión a la mujer.
En medio de los delirios propiciados por la ideología de género y que no entraremos a intentar descifrar en la brevedad de esta columna, esto fue una especie de sacrilegio. Obviamente se desató la intolerancia de los tolerantes. Los insultos en las redes se multiplicaron y diversas figuras del mundo de la cultura y el espectáculo tomaron distancia con la exitosa escritora.
Las acusaciones de transfobia, homofobia, o cualquier otra de las fobias inventadas por la afiebrada fantasía de los grupos de poder progres tienen consecuencias muy serias en un mundo controlado por la tiranía del pensamiento único.
En este caso aunque suene increíble llegaron al extremo de no invitarla a ser parte de la filmación de un episodio especial para celebrar los veinte años de la serie de Harry Potter , que se transmitió por el canal HBO Max.
Las ligas de Quidditch, un deporte inspirado en un juego de los libros de Rowling, es decir una práctica deportiva que no existiría de no haber sido imaginada por ella, ha anunciado que cambiará el nombre del deporte para tomar distancia de Rowling . Es decir, toda la maquinaria de la aplanadora cultural progresista se echó a andar para desaparecer a la que osó salirse del libreto. No hay lugar para disidentes mentales y no importa la fama, el prestigio ni la fortuna.
La caída en desgracia de JK Rowling parece inevitable. Incluso ha surgido una nueva e inesperada situación. Se pretende grabar una película con la adaptación de la obra de teatro Harry Potter and the Cursed Child. Se han iniciado las conversaciones y tratos correspondientes y la sorpresa la ha dado la Emma Watson, que interpretó a Hermione Granger, la gran amiga de Harry Potter, la cual al ser convocada ha señalado que podría volver a interpretar al personaje pero que se preocupa mucho por su imagen y por lo que pueden pensar sus fans. Entonces al respecto ha puesto condiciones.
Solo asumiría la responsabilidad de dar vida a Hermione si la empresa productora le garantiza que JK Rowling no estará involucrada en la película de ninguna manera. Aunque cueste creerlo por lo absurdo del pedido a esos extremos está llegando la persecución de la policía del pensamiento progresista.
