A las huevas del esturión, aderezadas, les llaman caviar. El término ha gustado a los amanerados, manchorras y demás fenómenos de tercer y cuarto sexo. En nuestro medio el término tiene la mar de sinónimos. Señalan a los que hoy son gurmé cuando antes comían en fonda de asentamientos humanos. Señala a las machorras que antes iban a buscar forros en la cachina; hoy son exquisitas-cabezas de tramboyo, caseritas de boutiques.
Caviar también define al sin vergüenza, come de balde. Al aventurero ganapán. Al lambiscón que se anota como un grandísimo adulón mismo salas, cheros, sánchez y demás bazofia que se arriman a lo que otros producen honradamente. Otros, se agrupan a ellos por el rastrero empeño de salir del anonimato mismo gavidias, barraganes que van rampando a recibir el suncho de treinta mil soles. (Espero y anhelo que el último no sea pariente de dos excelentes almirantes caballeros reconocidos en la Armada Peruana).
– Aquí una reflexión: A Vladimiro Montesinos se le cargaron porque se compró a precio de regalo a un grupete de tronchados para que se pasaran a filas de Vladimiro. Pero no se entiende por qué han de aceptarse a más seis o siete delincuentes felices de que se les llame niños. Y con el agravante de ser ellos los que protegen al delincuente palaciego.
Por esas y muchas otras múltiples razones dijo una vez—repito acá: La Doctora Ledesma cuando presidenta del T.C. Castillo permanece en palacio porque tiene el consentimiento de los 130 congresistas. –Hay que salvaguardar las excepcionales funciones de las damas Echaiz, Chirinos y una que otra dama. Se agrega que este congreso ha superado en lo pésimo, si es que lo pésimo tiene otro superlativo, al desastroso congreso anterior de los salgados, chacones y demás obedientes de la chika, Keiko.
La mayor de las veces los caviares se convierten en permanentes camarlengos esperando vía adulaciones que el mandamás de turno le tire una piltrafa o tal vez le regale un suncho o una embajada. Allí detrás del biombo anidan los gino, los urresti, los gorriti, Forsyth, etc.
Leemos, ya con desgano las permanentes ofensas a la constitución y al pueblo peruano con la prepotencia del delincuente palaciego que es el principal cómplice de escapatoria de requeridos por la justicia. Se tomó el avión FAP para ocultar a un sobrino fugitivo. Se anota, se publica… y…ya. Se acabó el partido. ¿pero…hasta cuándo?
Los congresistas unos para defender y otros, enfurecidos solo de cara, comunican lo mismo. Acciones … ¿pedimos? Por favor de este Congreso… no esperemos nada. Repetimos los que claman en la calle. Que se vayan todos. Otro modo que surja un grupo de la FF. AA en su conjunto y comience a darle chicharrón al matoncete criminal de policías. Embarcar a veranear a San Lorenzo a los vizcarras, Sagasties, Dinas, Castillo y familiares, verónikas y demás alimañas que están haciendo mucho daño al país. Cerrar el Congreso llamando a elecciones generales con excepciones de los que en el proyecto del doctor Anderson se dicta. No participación de delincuentes.
La miseria intelectual de algunos también ha hecho su nido en el que le patina el coco. Porque preguntemos cómo es que a uno que le colgaron la buena reputación de abogado con cátedra sea el pañuelo consolador de uno que apenas llegó a amaestro rural. Apenas digo, porque si en verdad diera clases a los que recibieron su elemental hablar y su elemental conocimiento de lo que la curricular escolar le instruyera para trasmitir a sus alumnos hubiera sido un gran desastre. Pero el catedrático –patinándole el coco–ahí está fungiendo de vieja revoltosa metiendo cuco todos los días para distraer, principalmente, todas fechorías de su patrón Castillo.
(*) Miembro (r) de la Marina de Guerra y analista político.