El cineasta danés Lars Von Trier retrató magistralmente en su película “Los idiotas” (1998), el comportamiento de un grupo de personas en base a la improvisación. Pero esta no fue solo una improvisación a nivel actoral, sino, también técnica. El filme de Von Trier consiste en la utopía de un hogar en el cual todos fingen ser deficientes mentales. Una tragicomedia donde un grupo de hombres y mujeres jóvenes crean un colectivo para cultivar “el idiota” que llevan dentro.
En términos políticos de nuestra crisis actual, Pedro Castillo Terrones tuvo que ganar la presidencia para instalarse en Palacio de Gobierno, y desde ahí convocó gabinete tras gabinete y una larga lista de impresentables y deficientes mentales que exageraron cultivando el idiota que llevan dentro. El fenómeno ha sido tan fuerte que Betssy Chávez Chino, ha llegado a convertirse en la presidente del Consejo de Ministros. Una muestra clara de la aberración palaciega que divaga en su laberinto.
En Palacio ya no existe un gobierno, sino una dura costra de ineficiencia y mediocridad. ¿Cómo se corrobora esto? Pues con la reciente designación que ha realizado el presidente Pedro Castillo y su premier chavista, los dos responsables de colocar a una dentista como ministra de Cultura. Tal vez para ellos la cultura sea un dolor de muela. Pero para nosotros es el permanente gesto de que la ignorancia siempre será atrevida.
Pero ¿por qué la congresista Silvana Robles aceptó un cargo para el cual no está capacitada? Esto también es corrupción. Pero cuando hay hambre de poder el instinto arribista y trepador de algunos políticos aflora precozmente. Es así como la congresista de la República por la región Junín de 37 años, se instaló en el piso ocho de la sede central del Ministerio de Cultura en la avenida Javier Prado.
Su experiencia en el sector cultural es nula. Ha sido gerente general de Dentica Med S.R.L. En el 2020 ejerció su carrera profesional en la Red Salud de Chanchamayo. También se graduó en enfermería técnica en el Instituto Tecnológico La Merced y por ser de Junín ganó un curul en el parlamento por Perú Libre. Esto no es meritocracia, esto se llama dedocracia, y es aplaudida sin asco por el oficialismo.
Pero no nos olvidemos de Vladimir Cerrón y su Ideario, y guardando la distancia con Lars Von Trier y su Dogma, el fundador de Perú Libre, es uno de los responsables de instalar en palacio una costra con abundante pus. Mientras el danés usaba un sistema de pensamiento para recrear una tragicomedia, el huancaíno Cerrón usó un partido político para crear una película de terror que permanece proyectada en Palacio.
Le toca al Congreso poner fin a esto, antes de llegar a los créditos. La vacancia es la única salida.
(*) Periodista y director de la revista Lima Gris.
