Democracia no es permitir que cualquiera te mate, ni siquiera que te maten, eso es un absurdo, es aceptar el totalitarismo de la degradación, o sea de las izquierdas miserables que alientan, estimulan y patrocinan el odio, el resentimiento y la envidia. Esa es la realidad y nadie puede objetarla, claro, a menos que uno sea un imbécil… y la pregunta inmediata es, respetuosamente: ¿Tú eres un imbécil?
No importa tu procedencia, ni tu destino o desenvolvimiento, tampoco si estás educado, instruído o formado en tal o cual escuela o universidad. La pregunta que te planteo es directa: ¿Eres un imbécil o te falta algo para titularte como tal?
Me puedes comentar: “¿Cómo me dice eso?” “¿Porqué me pregunta esas cosas?” Y simplemente te puedo responder, querido imbécil, que por tu culpa, por tu gran culpa, un desgraciado como Toledo fue presidente, un sinvergüenza acomplejado como Humala fue presidente, un negociante cancerbero y mercantilista como PPK fue presidente, un inmoral y pervertido como Vizcarra fue presidente, un cobarde como Merino asumió la presidencia y la entregó a un don Nadie como Sagasti que también fue presidente, un poco menos que ser humano como Castillo fue presidente y una mujer que traicionó sus principios y su lealtad, aunque se muestre algo diferente temporalmente –y no le creo, ni le creeré nada-, como Boluarte, también terminó siendo presidente. Y el resumen es: tú los pusiste allí, yo no fui.
Que no te hayan gustado luego, que te hayas sentido “defraudado” no es mi problema, es tu condena. Que te sientas engañado… ¿Cómo no?, es tu responsabilidad, no mi culpa. No te laves las manos con la sangre de tus víctimas, no lo acepto.
El Perú es una secuencia de escenarios tan complejos y tan diversos, como sus mentiras y sus mentirosos. ¿Quién puede decirse limpio, puro e inmaculado en la política partidaria hoy en día? Nadie, absolutamente nadie. Y es por tres razones. Primero porque no existen partidos, sino organizaciones de intereses financieros para participar en procesos electorales. Segundo, porque los mismos que son o aparecen como dueños y dirigentes de esos “partidos” son los que se presentan como candidatos a lo que sea, cuantas veces sea. Y tercero, porque los que salen elegidos, lo hacen por sus bolsillos, no por ideas, jamás por principios o una doctrina que los haya inspirado.
Entonces, ¿Todo es un drama, jamás cambiará el Perú? Tranquilos amigos, en nuestra hermosa, fabulosa y extraordinaria nación, siempre se ha requerido un terremoto para girar hacia la racionalidad, la solidaridad y la entereza. Ejemplos sobran, tiempos demoran y gentes faltan (he allí el gran problema del país y su sostenibilidad).
El Perú debe de sacudirse de los imbéciles y de los traidores, de los supuestamente desinteresados y amigablemente acompasados con cualquier coyuntura donde ellos, sacarán de tus bolsillos, tu hambre y tu trabajo. El Perú necesita orden y sensatez, orden y tenacidad, para eso hacen falta líderes. Entonces, ¿Te atreves a ser un líder o seguirás siendo lo que eres?
