Hernán Tavera, presidente del Instituto Geofísico del Perú (IGP), recurrentemente señala de un sismo superior a 8.5 grados que se dará en el Perú, principalmente en la zona centro y sur. El 28 de octubre de 1746, Lima y Callao fueron epicentro de un terremoto de unos 9 grados en la escala de Richter. El Callao, fue el más afectado pues, tras moverse la tierra, vino un maremoto que causó enorme destrucción. Y muertes de casi toda la comunidad chalaca. Según el IGP, sismos de magnitud 4 grados ocurren diario, los de 6 uno cada año; los de 7 entre 50 y 100 años; los de 8 entre 100 a 300 años; y sismos por encima de 8 más allá de los 300 años. Un sismo de magnitud 5 libera la energía de una bomba atómica de Hiroshima, uno de 6 la de 30 y uno de 7 libera energía de 900 bombas. Es entonces una escala semilogarítimica, por ello quienes creen que temblores o un terremoto como los pasados en Lima hace años, liberan la energía, están errados. En tanto, un terremoto de magnitud 8 libera la energía de 27,000 bombas y uno de magnitud 9 libera la de 910 mil bombas.
SISMOS EN PERÚ
En el Perú, hubieron terremotos en Lima en 1966; 1970 y 1974. Estos no fueron catastróficos como el de 1940 en el Callao y lo que fue el de 1746 y antes de ello en el año 1,687. Este último ocurrió el 20 de octubre, asolando toda la costa central del Perú, entre Chancay y Pisco. Fueron en realidad dos sismos de gran intensidad, al que siguió un maremoto que arrasó el puerto del Callao y otras localidades costeras. El 28 de octubre de 1746, a las 10:30 p.m., los habitantes de Lima fueron sorprendidos por las violentas sacudidas de la tierra que obligaron a todos a salir de sus casas y buscar los lugares descampados. Por desdicha no todos pudieron hacerlo. La duración del sismo, fue de cuatro minutos, con destrucción de la ciudad. Lima tenía 60,000 habitantes y contaba con 3,000 casas, repartida en 150 manzanas.
HAITÍ; TURQUÍA
Ya hubo una rotura de silencio sísmico en el año 2010 en Haití, por la falla de Esquinirilo, con más de 200 mil muertos y un silencio sísmico de 250 años. El sismo reciente en Turquía, de un poco menos de 8 grados, con epicentro en la superficie, ha sido terrible en mortandad y caída de miles de edificios. Aquí en el Perú, el más dañino fue el ocurrido en el año 1746, y de allí se habla de parte de los científicos de un “Silencio Sísmico”. Es decir, una rotura de la acumulación de energía derivado de las placas de Nazca. Hay recomendaciones de hacer edificios en La Punta Callao y un puente metálico alto por el Almirante Giampietri, pero no se ha hecho absolutamente nada. En Perú no hay cultura previsional.
En el año 1975, Brian T. Brady, físico del Centro de Investigaciones Mineras de Colorado, EE.UU., publicó en le revista especializada ‘Pure and Applied Geophysics’ una tesis en que en la costa peruana habría “un evento de M-8.5 (+ – 0.1) en un lapso mínimo, medido a partir del 14 de setiembre de 1974, de aproximadamente 5.9 años”. El 3 de octubre de 1974 se había registrado un terremoto de una magnitud de 7.6 en la escala de Richter*, con epicentro en el mar, a unos 90 kilómetros al sur de Lima. Ese sismo mayor causó sustanciales daños materiales y miles de heridos, aunque, providencialmente, solo 178 muertos. La hipótesis de Brady sostenía que la sacudida de 1974 generó un comportamiento sísmico posterior peculiar, con réplicas que duraron 3 meses y que se detuvieron con un zamacón de 7, seguidas de un silencio. Para Brady eso no había liberado toda la energía en el proceso de subducción en la profunda falla y existe entre la que habría tenido una intensidad de 9.3 grados, seguido por otro de 8.7 en Lima y el Sur Chico, pero en 1981 y 1982 no pasó nada. Brady creía en 1975, que a pesar de todos esos reacomodos tectónicos de hasta 8 grados, allí hay una profunda falla geológica que sigue madura para un desprendimiento mayúsculo. La UNI y una misión japonesa hicieron un análisis hace pocos años y recomendaron construir edificios altos y reforzados, pues no habría tiempo de evacuar a la población de La Punta por un Tsunami.
FINALMENTE
El Perú muestra comportamientos deficientes para eventos de catástrofe. Lo del Niño en época de PPK, la pandemia, el terremoto de Ica y tantos otros. En cuanto a la rotura del silencio sísmico, de darse, aquello de la mochila y el sistema de alarma son simples paliativos. El problema es la construcción de los informales en que la técnica deja mucho que desear y probablemente la falta de supervisión en nuevos edificios. Un programa gubernamental, tal vez ayudado por algún organismo multilateral, debería en el plazo que aún no se rompe el silencio sísmico, ayudar al refuerzo de los inmuebles, lo que además daría trabajo en el rubro de construcción. Y sin duda un mejor equipamiento del sector salud.