Se tiene programado que la sonda llegue a la órbita lunar el 16 de agosto
El viernes 11 de agosto, Rusia realizó el lanzamiento de su primera misión robótica hacia la Luna en casi medio siglo. Esta iniciativa busca revitalizar su programa espacial, que ha enfrentado desafíos en los últimos años y ha estado aislado debido al conflicto en Ucrania.
El despegue del módulo Luna-25 marca el retorno de Rusia a las misiones lunares, siendo la primera desde 1976, cuando la Unión Soviética lideraba la exploración espacial. Desde la disolución de la URSS, Moscú ha enfrentado dificultades como la falta de financiamiento y escándalos de corrupción.
El cohete Soyuz, que lleva consigo una sonda de aproximadamente 800 kilogramos, despegó desde la base espacial de Vostochni, ubicada en el extremo oriental del país. La agencia espacial Roscosmos transmitió en vivo el evento, que tuvo lugar a las 02:10 hora de Moscú (23:10 del jueves).
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Primer Aterrizaje en Polo Sur
La nave despegó, dejando tras de sí una densa cortina de humo y fuego que resaltaba en el cielo de tonos grises.
Se anticipa que el artefacto alcanzará la órbita lunar en los próximos días, permaneciendo allí durante un lapso de tres a siete días para seleccionar el punto idóneo para el aterrizaje en la región polar del satélite.
«Se planea que la nave entre en la órbita lunar (…) el 16 de agosto, y se proyecta un aterrizaje en la superficie del satélite terrestre para el 21 de agosto cerca del cráter Boguslawsky, en el polo sur lunar», comunicó Roscosmos.
«Será la primera ocasión en la que aterricemos en el polo sur lunar. Hasta ahora, todos los aterrizajes se realizaban en la zona ecuatorial», detalló Alexander Blojin, un alto funcionario de Roscosmos, en una entrevista con el diario oficial Rossíiskaya Gazeta.
La agencia espacial rusa tiene un plan de misión de un año con el propósito de recolectar muestras y estudiar el terreno para llevar a cabo «investigaciones científicas prolongadas».
En un contexto en el que el programa ruso se encuentra aislado, dado que Roscosmos está excluido por las potencias occidentales, este lanzamiento toma lugar.
En consonancia con su estrategia diplomática, Rusia busca ampliar la cooperación espacial con China.
Una misión «de riesgo»
En junio, Yuri Borisov, el director de Roscosmos, reconoció que la misión conlleva un alto grado de riesgo. «A nivel mundial, la tasa de éxito para este tipo de misiones se estima en un 70%», mencionó durante una reunión con Putin.
La primera etapa del cohete Soyuz cayó a una distancia de 28 km de la localidad de Shájtinski, en la región de Jabárovsk, tal como informó el gobernador regional, Mijail Degtiariov, a través de Telegram.
Las autoridades evacuaron a los residentes una hora antes del lanzamiento, aunque se les permitió regresar a sus hogares varias horas después.
En 1976, la última misión soviética a la Luna, la Luna-24, trajo consigo muestras del suelo lunar de vuelta a la Tierra.
El ámbito espacial representa un motivo de orgullo para Rusia, pues los soviéticos fueron los pioneros en poner un satélite en órbita, el Sputnik, así como en enviar al espacio al primer ser vivo, la perra Laika, y posteriormente al primer ser humano, el cosmonauta Yuri Gagarin.
A pesar de estos logros, Estados Unidos aseguró la victoria en la carrera espacial con el histórico alunizaje de Neil Armstrong en 1969.
El programa espacial ruso, que en gran medida se basa en tecnologías soviéticas, enfrenta dificultades para innovar y sufre de falta de financiamiento, ya que Moscú prioriza el gasto militar.
Además, ha estado empañado por casos de corrupción y lanzamientos fallidos, mientras compite con la creciente presencia de Estados Unidos, China y empresas privadas como SpaceX, liderada por el multimillonario Elon Musk.
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