Al sureste de Brasil, las fuertes lluvias que inundaron el país ha dejado a más de 7000 personas en las calles y 6 personas desaparecidas
El recuento de fallecidos en Espíritu Santo se elevó a 19, mientras que en el estado vecino de Río de Janeiro, al menos ocho personas perdieron la vida, según informes de las respectivas Defensas Civiles, según lo reportado por noticieros de Brasil.
Seis personas continúan desaparecidas y más de 7.000 residentes tuvieron que ser evacuados de sus hogares en Espírito Santo.
Las alertas por intensas lluvias permanecerán activas hasta la mañana del martes, con la posibilidad constante de lluvias fuertes y tormentas dispersas en la zona, según los pronósticos meteorológicos más recientes. Durante este periodo, se esperan precipitaciones que podrían llegar a alcanzar hasta 50 milímetros por día.
Se prevén mayores probabilidades de lluvias y riesgo de inundaciones en el centro de Brasil hasta la mitad de la semana, con acumulaciones diarias de precipitación que podrían llegar hasta los 100 mm en un período de 24 horas.
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El sábado, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó sus condolencias a los afectados en una publicación en X, manifestando que «el Gobierno federal se solidariza con las familias afectadas y las vidas perdidas y está en contacto constante con los gobiernos estatales y municipales para proteger, prevenir y reparar daños por inundación«.
A finales de la semana pasada, los gobernadores de Río de Janeiro, Claudio Castro, y de Espírito Santo, Renato Casagrande, publicaron en X que se están realizando operaciones de rescate en ambos estados y urgieron a los residentes a tener precaución.
Las inundaciones y los deslizamientos de tierra siguen siendo una preocupación primordial, dado que las lluvias continúan sin dar tregua durante toda la semana.
Los patrones climáticos extremos, exacerbados por la crisis climática, resultan en lluvias más intensas y frecuentes. En Brasil, esta situación se agrava debido a la rápida urbanización y la construcción de estructuras a menudo inseguras, lo que lleva a consecuencias fatales. El año pasado, más de 30 personas perdieron la vida en Rio Grande do Sul debido a las intensas lluvias, mientras que en 2022, otras 20 personas fallecieron en las inundaciones en Sao Paulo.