Alter B. Himelfarb W. – Miembro A.I.E.L.C.
Siguen retumbando los tambores de la corrupción en nuestra querida América Latina: Aquél listado que en Dic. 21 del 2016, publicó el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, sobre los sobornos (EN MILLONES DE DÓLARES), que la más grande empresa de corrupción, llamada ODEBRECHT, había entregado a los líderes (Presidentes, Congresistas, Concejales, Poder Judicial, Jefes de Compras, etc…) de países como BRASIL (349), ARGENTINA (35), COLOMBIA (11), ECUADOR (33), GUATEMALA (18), MÉXICO (11), PANAMÁ (59), PERÚ (29), REP.DOMINICANA (92), VENEZUELA (Chaves y Maduro: 98), han quedado prácticamente “obsoletos”, teniendo en cuenta, que por ejemplo en nuestra querida Perú, los sobornos no fueron tan solo de 29 “milloncitos” de dólares, sino que aparecen nuevas cifras por 45 MILLONES DE DÓLARES, lo cual podría, -con cierta lógica-, llevar a pensar que lo mismo podría haber ocurrido en los países latinoamericanos mencionados.
Es decir, que los sobornos en vez de “totalizar” 740 millones de dólares, bien pudieran totalizar 1140 millones de dólares. Dineros que como hemos dicho anteriormente, han sido saqueados a la población, dado que los presupuestos se agotan con la carretera, el puente, la represa y no queda ni un céntimo para Escuelas, Hospitales y Planes de Vivienda.
Pero lo más hostil a iniciar una solución a ésta epidemia, es que no ha salido hasta ahora una sola LEY, en ninguno de los países, fuerte, excesiva y contundente, no solamente para perseguir y juzgar a los carteristas, cacos y hampones, disfrazados de Presidentes y Congresistas, etc…, ya sindicados, sino también otras Leyes como “tatequieto”, para evitar la continuación del *ejercicio* de este flagelo.
Si la moral de estos sinvergüenzas está por debajo de las suelas de sus zapatos, al menos que el temor y el miedo a una drástica sanción, los amedrenté de proseguir con su inmunda labor de saquear las arcas del pueblo.
Los gobiernos Latinoamericanos tienen que amarrarse el cinturón de la honestidad, porque si no, seguimos “jodidos”. Porque aquí el problema –lo repito-, es una lucha de clases entre la clase que roba y saquea las arcas del pueblo y el pueblo que lamentablemente es saqueado. No es la lucha entre el capital que produce riqueza y la gente que ayuda con su trabajos, como proclama ésa estúpida idea de un tal Carlos Marx y otro llamado Lenin.
No, la lucha es entre los que le roban al pueblo sus ilusiones de tener un mañana mejor para sus hijos y el pueblo que gracias a estos sinvergüenzas a través de los tiempos, no le ha permitido a la población, -ésos sí-, sus verdaderos Derechos Humanos a Educación, Salud y Vivienda.
No ha habido, repito, hasta ahora, por parte del Poder Legislativo, un paquete de Leyes, que ATEMORICE A ESTOS Y A LOS FUTUROS BANDIDOS DE CUELLO BLANCO.
Porque el panorama, está simbolizado, como ese dicho que se usa en el Departamento de Santander, (Colombia), “pelea de toche (un pajarito) con guayaba”. El toche a picotear por todos lados a la pobre guayaba que permanece indefensa, colgada de la rama.
Así están nuestros pueblos latinoamericanos, colgados como guayabas, mientras los dirigentes hampones y maleantes que ellos mismos ayudaron a nombrar, les picotean por todos lados su riqueza, su futuro, su dignidad.