Pero la historia no termina aquí
Un adolescente de 13 años se convierte en el héroe de la playa al descubrir un tesoro marino perdido durante más de un cuarto de siglo: un pulpo de Lego. Este inusual hallazgo tuvo lugar en la pintoresca costa de Marazion, Cornwall, donde el joven Liutauras Cemolonskas hizo un descubrimiento que emocionó a coleccionistas y amantes de los misterios marinos por igual.
Este pulpo de Lego es parte de una saga marítima que comenzó en 1997, cuando un buque cargado con 62 contenedores de juguetes Lego se enfrentó a una tormenta despiadada, perdiendo parte de su preciosa carga en las profundidades del océano. Entre las millones de piezas que cayeron al mar, el pulpo se destacaba como una rareza, ya que solo había unos pocos miles de ellos en el barco.
La búsqueda de este tesoro perdido se convirtió en una pasión para el joven Liutauras, quien, junto con sus padres, exploraba las playas en busca de estas codiciadas piezas de colección. Tras dos años de perseverancia, su esfuerzo finalmente dio sus frutos cuando encontró el esquivo pulpo de plástico entre las arenas de Marazion. Con 789 piezas en su colección, este joven cazador de tesoros se ha ganado un lugar especial entre los buscadores de Lego perdidos en el mar.
También puedes leer:
Retiro AFP: congresista José Luna comparte posible cronograma de desembolso
Pero la historia no termina aquí. Liutauras ya tiene en mente su próximo desafío: encontrar uno de los 33.941 dragones que también se perdieron en el accidente marítimo. Su determinación y pasión por la búsqueda lo convierten en un verdadero aventurero moderno, dispuesto a enfrentarse a los elementos para descubrir los secretos que el océano ha guardado durante décadas.
Y no está solo en esta misión. Tracey Williams, la mente maestra detrás del proyecto Lego Lost at Sea, comparte su entusiasmo por la búsqueda de estos tesoros marinos. Su proyecto no solo se centra en las piezas de Lego perdidas, sino también en el plástico que contamina nuestros océanos y amenaza la vida marina. Para Williams, cada hallazgo es una oportunidad para concienciar sobre la importancia de cuidar nuestro medio ambiente y preservar la belleza natural de nuestros mares.
El descubrimiento del pulpo de Lego perdido en el mar no solo es una historia de aventura y emoción, sino también un recordatorio de la fragilidad de nuestro ecosistema marino. A través de la pasión y dedicación de personas como Liutauras y Tracey, podemos encontrar inspiración para proteger y conservar nuestros océanos para las generaciones venideras.
