La cabeza del hogar es conformado por 69% de mujeres
El crecimiento vertiginoso de hogares liderados por mujeres en Perú ha alcanzado niveles alarmantes, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). En una década, la proporción de hogares dirigidos por mujeres ha pasado del 27.6% al 37.7%, marcando un hito significativo en la estructura familiar del país.
Lo más preocupante es que este aumento no se limita simplemente a hogares no pobres, sino que se extiende incluso a aquellos en situación de pobreza. En el segmento de hogares nucleares en situación de pobreza, el liderazgo femenino ha experimentado un impresionante incremento, alcanzando el 57.2%, y en los casos de pobreza extrema, la cifra es aún más alarmante, llegando al 55.8%.
Este fenómeno refleja un cambio profundo en la dinámica familiar y económica del país, donde las mujeres se están convirtiendo en el principal sostén de sus hogares, enfrentando desafíos económicos y sociales cada vez más complejos. Los hogares monoparentales, en particular, constituidos por una madre y sus hijos, representan una parte significativa de esta tendencia ascendente, llegando al 34.2%.
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Sin embargo, este aumento en la jefatura femenina no está exento de preocupaciones adicionales. Paralelamente a estos hallazgos, las estadísticas revelan un dato alarmante y perturbador: más del tercio de las mujeres y adolescentes en Perú ha sufrido violencia por parte de su pareja en el último año. Lo más inquietante es que esta realidad no muestra signos de disminución en más de una década, lo que subraya la urgencia de abordar este problema arraigado en la sociedad peruana.
Los especialistas señalan que esta persistencia de la violencia contra las mujeres sugiere profundas raíces culturales y estructurales que requieren respuestas integrales y sostenidas por parte de las instituciones. En este sentido, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) ha establecido canales de ayuda como la Línea 100, un recurso fundamental que ofrece información, orientación y apoyo emocional las 24 horas del día, los siete días de la semana, en varios idiomas, incluyendo quechua, aimara y castellano.
Además, los Centros de Emergencia Mujer (CEM) brindan asesoría legal, contención emocional y apoyo social a las personas que lo necesiten, operando a nivel nacional con horarios de atención amplios y accesibles.
En conclusión, si bien el aumento de hogares liderados por mujeres refleja un cambio significativo en la estructura familiar y económica del país, la persistencia de la violencia contra las mujeres subraya la urgencia de abordar los desafíos sociales y culturales más profundos que enfrenta la sociedad peruana.