La madre lo sometió a esas terribles condiciones, encerrándolo en una jaula improvisada donde era obligado a hacer sus necesidades
La policía de Nueva York descubrió a un niño de 2 años con las costillas fracturadas, encerrado en una jaula improvisada en la residencia de su madre. Los agentes llegaron al hogar con la intención de detener a la mujer por un incidente aparte y se encontraron con esa aterradora escena.
El comunicado de prensa de la Policía Estatal de Nueva York informa que el niño, quien presentaba fracturas en las costillas, fue encontrado dentro de un dormitorio, rodeado por un trozo de cuna que hacía las veces de jaula improvisada. La cuna estaba asegurada para evitar que el niño se levantara o escapara.
Según informó el policía James O’Callaghan a los medios, la policía se dirigió a la residencia de la mujer de 24 años para cumplir una orden de arresto por «posesión de un instrumento falsificado«, antes de descubrir al niño.
Según indicó la policía en el comunicado, cuando los agentes hallaron al niño, estaba cubierto de heces y «empapado en orina«. Además, la jaula y las paredes del dormitorio contiguo también estaban cubiertas de excrementos.
Lee también:
Naesha Lumpkin, una residente de Buffalo, enfrenta ahora un cargo por poner en peligro a un niño, según la policía.
El niño fue trasladado al Hospital Infantil Oishei en Buffalo, donde los exámenes médicos mostraron que tenía «dos costillas fracturadas en proceso de curación«. Las autoridades sospechan que las lesiones del niño ocurrieron hasta dos semanas antes.
La mujer informó a los investigadores que su hijo «se cayó por las escaleras en algún momento entre finales de diciembre de 2023 y principios de enero de 2024» y que como consecuencia, «estaba llorando«.
La comunidad de Búfalo, en el norte del estado de Nueva York, ha quedado impactada por este caso. Además, el asunto está siendo tratado en el Tribunal de Familia, aunque estos procedimientos no están disponibles al público.
¿Cuál es la definición de abuso o negligencia hacia menores?
Abuso infantil implica que un progenitor o tutor del niño ha causado daño grave al niño o lo ha expuesto a un riesgo significativo de daño grave. Mientras que negligencia infantil significa que un progenitor o tutor del niño ha causado daño físico, mental o emocional al niño o lo ha puesto en peligro al no proporcionarle el cuidado adecuado o supervisión, o al abandonarlo.
