En una entrevista exclusiva para LA RAZÓN, el director de la Escuela Libre de Arte (ELA), Ítalo Flores, nos habla de la realidad de la enseñanza del arte en el Perú, además sobre los aportes que su institución viene dando, en zonas populares de nuestra capital.
¿Qué es la Escuela Libre de Arte (ELA)?
Actualmente ELA es un equipo de trabajo, una comunidad y apuntamos a ser una familia de artistas. En este momento la escuela alberga a gente muy talentosa, con un trabajo con trayectoria, profesionales que están apuntando a que este espacio se mantenga y siga creciendo.
¿Cómo se inicia este proyecto?
A mediados de 2015 se inicia la idea de empezar la escuela. María Luisa Velázquez se comunica con el dueño de la casa y se llega a un acuerdo para que nos cedan el espacio a cambio de algunas mejoras internas. Y así empezó, Se convocó un grupo de gente de confianza y empezamos los trabajos. No había luz, agua, menos internet. No era un espacio habitable. Actualmente las cosas han cambiado, son otras personas, otro enfoque, otras ideas bajo una estructura de trabajo, pero siempre recordando cómo empezamos. Gente que se organizó y quiso algo diferente.
¿ELA es una respuesta alternativa de formación?
Sí, de hecho hay una inconformidad con lo que están ofreciendo el común denominador de las escuelas, pero más allá de eso estamos buscando renovar los enfoques. Nosotros somos una alternativa ahora. Sobre todo en el Centro de Lima y Breña, que es donde nos estamos desarrollando y donde no hay espacios alternativos que ofrezcan respuestas. Lo más interesante es que lo está haciendo la misma gente, autogestionando este espacio que siempre ha tenido la necesidad de tener un foco de cultura.
¿Cómo crees que ha evolucionado ELA?
Hemos evolucionado muchísimo, tenemos todos los espacios habilitados y un equipo completo de artistas. Hoy contamos con 14 talleres que albergan diferentes proyectos multidisciplinarios que es lo que ahora caracteriza a la escuela. Esto rompe un poco con la estructura convencional de las escuelas tradicionales de arte donde se sectorizan las disciplinas. Las personas que constituyen ELA han hecho un gran esfuerzo para poder poner su energía aquí. Yo mismo he visto como el proyecto me ha transformado, definitivamente no soy la misma persona que cuando empecé en este proyecto.
¿Cómo ha impactado la escuela en su entorno?
Reconozco que la gente de Breña y el Centro de Lima nos identifican. Desde la fachada ya ves algo diferente en esta casa. Muchos colores y el flujo constante de arte. Los vecinos que han entrado a las exposiciones se muestran sorprendidos y satisfechos por el trabajo y nos impulsan a continuar. Sin embargo, con las comunicaciones podemos llegar a más gente, y acá hemos tenido alumnos de muchos distritos.
Entonces ELA se convierte en un espacio de convergencia para el arte
Sí, y hay que ser sinceros, los circuitos de exposiciones que están más empoderados son Barranco, Miraflores, San Isidro y algún otro distrito por ahí. El Centro de lima siempre ha tenido ese corte más independiente, y no sé por qué. Al Estado le falta ponerle más atención. Basta con ir a otros países y darte cuenta que el casco histórico de una ciudad como esta es el centro del turismo, que genera seguridad y economía.
¿Cuál es la proyección para la escuela?
Estamos trabajando la agenda cultural de este año. Se vienen muchas actividades bajo un desarrollo coordinado e integral. Buscamos formalizarnos y generar sostenibilidad en ELA. También expandirnos en otros espacios. Eso ya es bastante chamba.
¿Qué opinas sobre el curso educación artística que se brinda en los colegios?
Pienso que no es una materia a la cual se le ponga realmente interés, termina siendo un curso para rellenar. Sin embargo conozco algunos colegios donde existe una verdadera intención de potenciar el desarrollo de los niños desde el arte pero lamentablemente casi todos exceden lo que el peruano promedio podría pagar.