Por: Martín Valdivia
En un país donde el sueldo mínimo no llega a cubrir ni la canasta básica, que un congresista hable “de lo poco que gana” suena casi a una burla, se escucha como “a cachita”, como dicen los chicos. Y esta queja no es una novedad, recordemos que en su momento, Leyla Chihuán señaló que “no le alcanzaba el sueldo de parlamentaria”, acuñando el pueblo la ahora célebre frase “estoy Chihuán” para denotar que una persona está sin dinero.
Ciertamente, lo que más cólera le ha dado a la gente, es que esta vez la queja provenga de una parlamentaria seriamente cuestionada como Yesenia Ponce, quien volvió con la monserga que su sueldo no le servía para nada y que no podía vivir de esta manera.
Pero, ¿cuánto gana un congresista en el Perú? Cada parlamentario recibe un sueldo de 15 mil 600 soles, al cual se suma otra cifra por función congresal de 7 mil 617. Además, se le asignan dos asesores, dos técnicos, un coordinador, un auxiliar y un asistente, es decir, unos 35 mil soles al mes por parlamentario. Y tal vez nos quedemos cortos, pues existen otras jugosas asignaciones que no las hemos contabilizado, como la de “instalación” al comienzo de la legislatura, gratificaciones completas y hasta escolaridad.
Una simple multiplicación nos hace ver que cada congresista le cuesta al país 420 mil soles al año, lo que supone que en los cinco años de función parlamentaria cada congresista le cuesta al país más de 2 millones de soles. Tómese el tiempo multiplicar esa cifra por 120 congresistas. ¿Y así se quejan?
Ellos deberían permanecer calladitos, mudos, dándose por bien servidos. En cualquier empleo al postulante le piden título universitario, experiencia, logros, es decir, un currículum acorde con el puesto que ocuparán. Pero ellos no. Para ellos solo basta cumplir la edad mínima que exige la Constitución y punto. Es más, ni siquiera pasan el filtro de antecedentes policiales ni penales. Ellos, además, gozan de inmunidad parlamentaria lo que los protege por cinco años frente a cualquier latrocinio que pudieron haber cometida antes de elegirse como parlamentarios.
La congresista Yesenia Ponce, con estas desafortunadas declaraciones, ensancha aún el abismo que existe entre el Congreso y la población. Hay que ser realmente escaso de cerebro para reclamar por un sueldo que para millones de peruanos es una burla a la pobreza del país y sus habitantes. Si no les gusta el sueldo, las puertas están bien abiertas para que alcen vuelo y busquen otros aires. Es bueno que sepan que el ciudadano de a pie ya no los tolera a una gran porcentaje de “Padres de la Patria”. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
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