El Estado Mayor notifica la caída a los oficiales y pide la rendición a los soldados. Miles de personas lo celebran en la plaza principal de la capital.
Tras la caída de los dictadores Zin el Abidín Ben Alí en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto, la Primavera Árabe alcanzó Siria en marzo de 2011 con un grafiti anónimo en la ciudad sureña de Deraa que decía: “Te llegó el turno, doctor”, en alusión al presidente Bachar el Asad, licenciado en Medicina. Trece años después de una sangrienta guerra civil, y en apenas 11 días de una ofensiva relámpago, las tropas rebeldes han tomado este domingo Damasco, la capital del país y centro del poder, sin encontrar resistencia.
El Asad ha huido junto a su familia a Rusia, donde se les ha concedido asilo político. El régimen sirio se ha desmoronado como un frágil castillo de naipes, y miles de personas se han congregado en la plaza de los Omeyas, la principal de la ciudad, para celebrar la caída del régimen, entonando cánticos de “Libertad”. Las milicias rebeldes han decretado un toque de queda desde las cinco de la tarde hasta las cuatro de la mañana.
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El Estado Mayor del régimen notificó a los oficiales el fin de la dictadura y solicitó a los soldados que aún no lo habían hecho, que se rindieran. Ghazi al Jalali, el primer ministro que asumió el cargo en septiembre pasado, expresó su disposición a cooperar con el nuevo liderazgo que los sirios elijan. Tras la entrada de las tropas rebeldes en Damasco, al Jalali anunció que el país está “libre de El Asad”.
El jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Herzi Halevi, aseguró este domingo que Siria se ha convertido en el cuarto frente en el que mantiene una operación terrestre, sumándose a Gaza, Cisjordania y Líbano. Poco antes, tropas de Israel iniciaron el despliegue en la zona desmilitarizada en la frontera entre los Altos del Golán, territorio sirio que Israel ocupa desde 1967, y Siria, bajo el pretexto de frenar amenazas y asistir a las fuerzas de la misión de paz de la ONU allí apostadas. La Liga Árabe manifestó su “condena total” a los intentos de Israel de “aprovecharse ilegalmente” de la situación interna en Siria, ya sea mediante la ocupación de más territorios en los Altos del Golán o considerando terminado el acuerdo de 1974 de separación de fuerzas entre ambos países.