Por: Pablo Carranza
– ¿Qué efectos económicos tendría una eventual llegada del fenómeno de El Niño a nuestro país?
Bueno, vale la pena comentar que desde hace algunos años atrás se señala que Perú es el quinto país más afectado por el cambio climático a nivel global, y hoy día vemos que estos desastres son cada vez más cercanos. Antes eran mucho más lejanos, cada ocho o 10 años. Hoy día prácticamente vemos algo permanente en los fenómenos periodo a periodo. Como país, nosotros tenemos que tomar evidentemente las precauciones para que no nos tome esto por sorpresa, y mantener un fondo de respaldo para cubrir esas eventualidades. Hoy en día, si nos toca un «Niño» y ojalá sea moderado o intermedio, tendríamos un retraso, digamos, principalmente para lo que es en el agro porque las agroexportaciones están en pleno repunte, y ni qué decir a nivel de gasto público para lo que es rehabilitación, infraestructura, apoyo a las poblaciones afectadas.
– ¿Eso cuánto significaría en términos de Producto Bruto Interno (PBI)?
Depende de cuál es la magnitud del fenómeno. Hoy día sería demasiado prematuro o aventurero señalar una cifra. Pero, depende de cómo se presenta el desastre. Un «Niño«, digamos, intenso, como fue años atrás, tranquilamente puede significar dos puntos o tres puntos del PBI. Un «Niño» ligero es medio punto del PBI. O sea, esperemos que evidentemente este anuncio no se haga realidad.
– ¿Macroeconómicamente, Perú está preparado para que un «Niño» no genere una recesión?
Perú es uno de los países, digamos, a nivel macroeconómico con mejores indicadores, a pesar del exceso de gasto público, el populismo de parte del Congreso unido a la corrupción y la inestabilidad política. El país, gracias a la tarea del Banco Central de Reserva (BCR), tiene los mejores indicadores. Tenemos reservas de 84 mil millones de dólares, una tasa de interés comparativamente baja y un tipo de cambio permanente de hace muchos años.
– ¿José Salardi le genera confianza en el Ministerio de Economía y Finanzas?
Tengo la mejor impresión del señor Salardi y desde acá le deseamos éxito. Yo creo que la tarea de él, primero, va a ser recuperar la prestancia, la imagen, el profesionalismo que siempre tuvo el Ministerio de Economía y Finanzas, que lamentablemente se perdió y se agravó en los últimos tiempos. Creo que los otros dos grandes retos de Salardi, si bien ha generado buena expectativa, ha anunciado que puede haber hasta un crecimiento del 4% del PBI, es, primero, frenar el gasto público y contener esa vorágine de gasto populista del Congreso, principalmente en campaña electoral y, el segundo gran reto, es no dar el dinero para Petro Perú, ya que somos un país en el cual tenemos necesidades apremiantes. Tenemos un 43% de niños en anemia, 15% que comen una sola vez al día y no podemos seguir despilfarrando los recursos en lo que significa PetroPerú, que son más o menos 3 millones por día. A manera de referencia, con la refinería de Talara hubiéramos podido construir 5 puertos de Chancay. Imagínese usted, lo que hubiéramos podido hacer en el país.
– En el plano internacional, ¿cómo le puede ir a Perú en el contexto del enfrentamiento comercial entre China y Estados Unidos?
Bueno, acá hay varios aspectos. Primero, vale la pena que en nuestra diplomacia, nuestro rol, ha sido no asumir partidarismo en ninguno de los dos lados. Lamentablemente, el mundo vive hoy día una «guerra fría». No es una guerra en armamentos. Es una guerra tecnológica comercial. Perú es relativamente insignificante porque es el 0.3% del comercio mundial, no llega ni siquiera a un medio punto. Ahora, dentro de ese contexto, nosotros tenemos que actuar con mucha prudencia y con mucha cautela. Si bien, con China, el puerto de Chancay es una realidad y va a permitir esa integración de toda Latinoamérica con el Asia, también Estados Unidos ha anunciado que va crear una base espacial en Talara para los vuelos interorbitales.
– ¿Qué pasaría si el gobierno de Donald Trump le impone a Perú aranceles por el puerto de Chancay?
Bueno, yo creo que acá tenemos que ser muy pragmáticos y realistas. No hay a quien quejarse. La época de los lamentos ya pasó y estamos viendo que es un presidente que está dispuesto a todo. Tenemos que ser cuidadosos, si bien tenemos un TLC y algunos dicen: «el TLC no se puede violar», estamos viendo que el señor Trump hace todo lo que a él se le antoja. Yo espero que seamos muy cautelosos en nuestras exportaciones al mercado americano, que no seamos una plataforma de productos chinos, porque evidentemente eso podría generar una reacción en Estados Unidos. Entonces, tenemos que ser muy cautos, muy prudentes para exportar productos que realmente son fabricados en el país y que llegan al mercado americano. Estados Unidos es nuestro segundo socio comercial. Exportamos 15 mil millones de dólares. Tenemos gran parte de la exportación agroindustrial en el mercado americano, siendo el primer mercado el mercado chino, nuestro primer socio comercial. Entonces, tenemos que andar con prudencia y con cautela. Creo que somos demasiado pequeños como para ser relevantes hoy día en estos conflictos geopolíticos que se viven en el mundo. Estamos viendo lo que hace el señor Trump con sus vecinos, Canadá y México, con la Unión Europea.