Ahora autoridades temen que puedan derivarse en inundaciones
Las lluvias y tormentas caídas este jueves en la costa oriental australiana han permitido aliviar la virulencia de los incendios que la arrasan. Las autoridades esperan que sean suficientes como para extinguir, o al menos aliviar, algunos de los incendios que ya han calcinado al menos 11,2 millones de hectáreas, —una superficie ligeramente inferior a la que ocupan Andalucía y Galicia juntas—, matado a 29 personas y millones de animales y destruido más de 2.500 viviendas.
Esta lluvia se produjo en las localidades de Nueva Gales del Sur y Victoria donde se han reportado el mayor número de pérdidas de especies. Según reportaron autoridades de Australia, la posibilidad de acabar con los incendios ahora es mayor y añadieron que esperan a que estas nuevas condiciones meteorológicas duren una semana para controlar los incendios.
Algunos expertos de la Universidad de Sídney consideran que esta catástrofe ha provocado la muerte de aproximadamente 1.000 millones de animales, esto incluye a mamíferos, aves y reptiles.
También advierten que tormentas intensas del tipo que están cayendo puedan derivar en inundaciones, mientras que los rayos pueden prender nuevos fuegos. «Esperamos tiempo inestable en los próximos cuatro o cinco días«, ha explicado un meteorólogo de la agencia meteorológica nacional en la radio pública.
«Las precipitaciones serán útiles en ciertas zonas, mientras que en otras pueden registrarse apenas uno o dos milímetros, cada milímetro equivale a un litro por metro cuadrado. Lo que se necesita es una lluvia constante, que empape el terreno«, explica el meteorólogo.