Representa una propuesta legítima de religiosidad propia asentada en el Perú, señala
Los resultados de las elecciones congresales 2020 han puesto en evidencia el rol protagónico de Unión por el Perú (UPP), que lidera Antauro Humala, y el Frente Popular Agrícola del Perú, más conocida como el Frepap, que fundó Ezequiel Ataucusi.
Hace algunos años, Humala señaló lo que pensaba de Ataucusi y su movimiento religioso (la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal) en un libro: De la guerra etnosanta a la Iglesia tawantinsuyana (La reivindicación de los “demonios” y el color Insurgente de la fe), escrito por el líder etnocacerista.
A manera de epígrafe en el capítulo, titulado Ataucusismo y exégesis andina, Humala Tasso sostiene que Ezequiel Ataucusi “encarna la impugnación cholo / clerical más institucionalizada en el Perú contra cinco siglos de apartheid eclesiástico, judeocristiano, occidental y blanco”.
En un constante repaso sobre aspectos de la biografía de Ezequiel Ataucusi, Antauro Humala expone los rasgos de la misión israelita que, tiempo después, sería el germen del Frepap.
“[…] el reservista, agricultor y exegeta Ezequiel Ataucusi, sostuvo haber escuchado el mensaje divino, ordenándole que “saliera a predicar”… Para entonces contaba con los significativísimos treinta años de edad a partir de los cuales inicia su ministerio errante, dejando chacra, familia y aldea”, escribe Antauro Humala.
Para Antauro Humala, el ministerio de Ataucusi representa una propuesta legítima de religiosidad propia asentada en el Perú, que toma como pilares la doctrina hebrea y la cosmovisión inkaika plasmada en el Tawantinsuyo, la cual, a su vez, enarbola como paradigma de organización social e, incluso, hasta política, como lo evidencian las pretensiones del fundador del Frepap de llegar a la presidencia de la República.
“Proyecto político / religioso propugnador del renacimiento del “modus moral” / laboral” autóctono”, considera Antauro Humala al Frepap en su libro. Además, destaca que este movimiento tenga como objetivos “la autarquía agro-alimentaria lograda hace quinientos años por la agrarista teocracia inkaica”.