Por: Martín Valdivia Rodríguez / Al parecer los pedidos de prisión preventiva que utilizan los fiscales del equipo especial del Caso Lava Jato van desinflándose como globos de fiesta. Ayer, otro procesado, en este caso Yuhude Simon y su coacusado Pablo Torres Salazar, se vieron libres de la nefasta prisión preventiva que les encanta pedir a los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez. Hace unos días este pedido tampoco prosperó en el caso del exalcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio.
En el caso de Simon, la jueza María de los Ángeles Álvarez Camacho manifestó en su resolución que “no evidenciaba (Yehude Simon) posibilidades obstruir la acción de la justicia” ni mucho menos se acreditó riesgo de peligro de fuga en su caso particular. Es decir, la magistrada no dio crédito a las acusaciones fiscales porque simplemente no convencieron a nadie. Los argumentos acusatorios, al menos para la solicitud de una prisión preventiva, quedaron sin piso.
En dos semanas Vela y Pérez han perdido dos batallas, pero van por más. Este mismo equipo de fiscales acaba de anunciar un nuevo viaje a la ciudad de Curitiba (Brasil) para entrevistar – otra vez-¿adivinen a quién?: ¡Jorge Barata! Sí, el hombre depositario de la verdad y que cuenta sus “revelaciones” como le da la gana, gota a gota, capítulo por capítulo, oteando cómo va la coyuntura y escribiendo la agenda política nacional. Barata mueve el dedo inquisidor y un Instituto plagado de reporteros caviares – que extrañamente siempre tienen la primicia de esas “revelaciones” – twittea inmediatamente para sorpresa de todos.
¿Y quién cree que será, nuevamente, el fiscal que interrogue a Barata este martes 10 de marzo? Sí, atinó nuevamente: José Domingo Pérez, a quien Barata ya conoce de memoria y con quien seguramente tomará un cafecito antes de escuchar el vigésimo capítulo de sus “memorias”. Y prepárense, pues como el señor Barata tiene memoria selectiva, seguramente revelará nuevos nombres y nuevas cifras que servirán a Pérez para seguir solicitando más prisiones preventivas como si fueran palomitas de maíz.
Esto quiere decir que tenemos show para rato. Total, esos viajecitos de los fiscales a Brasil (que pagamos todos los peruanos con nuestros impuestos), tienen para varios meses. Como no se le puede obligar a Barata y compañía a decir toda la verdad de una sola vez, lo más probable es que vengan más “entregas” por paquete, revelaciones ad hoc para evidenciar que nuestros fiscales sí trabajan. Total, el papel aguanta todo. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.