Estudio revela que en Perú y Chile los migrantes venezolanos cometen delitos en niveles sustancialmente más bajos en proporción a las poblaciones locales
Un nuevo estudio publicado este lunes pone fin a las especulaciones en cuanto a la migración venezolana iniciada desde la crisis económica en el país liderado por su presidente, Nicolás Maduro.
El informe, elaborado por los centros de estudios Migration Policy Institute (MPI) y Brookings Institution, con sede en Washington, asegura que las ideas de que los 4.2 millones de emigrantes y refugiados venezolanos están aumentando las tasas de criminalidad en los otros países «son en gran parte infundadas».
El estudio se realizó con datos de los tres países que albergan la mayor cantidad de migración venezolana: Colombia, Perú y Chile.
Los investigadores encontraron que en Perú y Chile los migrantes venezolanos cometen delitos en niveles sustancialmente más bajos en proporción a las poblaciones locales, aunque en Colombia «la evidencia es más variada».
En este último país, los venezolanos cometen delitos violentos a una tasa proporcional menor, y su participación «ligeramente mayor en delitos no violentos» podría deberse al alto desempleo de migrantes y la existencia de redes de tráfico ilícito en las zonas fronterizas, donde se reportan en su mayoría, según el estudio.
En concreto, el 2.3 % de los arrestos por delitos violentos en Colombia en 2019 involucraron a venezolanos, que representan el 3.2 % de la población total del país.
Asimismo, de todos los arrestos, el 5.4 % fue de la migración venezolana, tal vez como reflejo de que las regiones donde resultaron responsables de una mayor proporción de delitos, y donde enfrentaban tasas más altas de desempleo, se encuentran principalmente a lo largo de la frontera con Venezuela, destacó el estudio.
Esto respalda la idea de que «otorgar a los migrantes y refugiados acceso formal al mercado laboral puede reducir la incidencia del crimen», aseguró el estudio.