La formalidad es uno de los pilares fundamentales para que un negocio prospere y tenga éxito.
Una Persona Natural actúa a título personal, mientras que una Persona Jurídica actúa a través de sus representantes legales, por lo tanto, para abrir un negocio formal bajo cualquiera de estas dos formas, es necesario registrarse ante SUNAT.
Por ejemplo, una persona natural ejerce derechos y cumple obligaciones a título personal. Al constituir un negocio como Persona Natural, asumes todas obligaciones que esta conlleva. Esto significa que aceptas asumir la responsabilidad y garantizas con tu patrimonio y bienes el pago de las deudas u obligaciones que pudiera contraer la empresa creada.
Esta modalidad de creación te puede convenir si:
- Realizas actividades que están comprendidas en el Nuevo RUS (Régimen Único Simplificado) o tienes negocios en donde tus clientes van a ser principalmente personas, no empresas.
- Quieres hacer negocios en los que tu exposición al riesgo (responsabilidad ilimitada) ante posibles deudas con terceros sea manejable considerando tu patrimonio personal.
- Vas a iniciar negocios pequeños como bodegas, juguerías, peluquerías, zapaterías, bazares, entre otros.
Si lo que buscas es conformar una empresa entre dos o más personas, que ejerce derechos y cumple obligaciones a nombre de la empresa creada, debes crear tu empresa como Persona Jurídica. Considera que cuando creas un negocio como Persona Jurídica, es la empresa y no tú personalmente quien asume las obligaciones.
Te puede convenir elegir Persona Jurídica si:
- Necesitas mayor reputación en el mercado y quieres tener clientes más grandes o importantes (empresas).
- Necesitas que ingresen inversionistas o más socios que contribuyan con tu empresa, pues es más fácil transferir participaciones.
- Necesitas que ingresen inversionistas o más socios que contribuyan con tu empresa, pues es más fácil transferir participaciones.
- Necesitas acceder a créditos o préstamos en bancos y entidades financieras en mejores condiciones.
Recuerda que, la Sunarp recomienda que antes de iniciar el proceso de constitución de una empresa o sociedad, los interesados deben evaluar el tipo de negocio que desean registrar, el monto de capital inicial y cómo desean financiarlo.
