Demócratas usan miedo y economía contra líder republicano, mientras que republicanos confían en retorno de Trump
La contundente victoria del ex presidente Donald Trump en las elecciones primarias en Iowa lo sitúa cerca de ser nominado por el Partido Republicano en las elecciones generales del 5 de noviembre próximo.
A pesar del clima frío, sus seguidores se congregaron en escuelas, bibliotecas y lugares públicos para participar en la tradicional asamblea popular conocida como caucus, donde los ciudadanos expresan sus preferencias políticas.
En las primarias de New Hampshire de este martes, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, y la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, podrían tener su última oportunidad para demostrar que pueden competir por la nominación presidencial republicana.
La probable nominación de Trump es inusual para un partido con una larga historia. Él ha evitado los debates públicos y ha mantenido una postura ajena a la vida partidaria, actuando como un político ajeno al sistema.
Desde una perspectiva de Ciencia Política, los republicanos se han transformado en un partido catch-all, abarcando a aquellos que se oponen a Biden. Así, se unen ciudadanos republicanos sinceros con supremacistas blancos, fanáticos religiosos y defensores de ideas neonazis.
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Lo notable es que, siendo un hábil comunicador, el multimillonario ha sabido aprovechar la cobertura mediática de diversas acusaciones, desde asaltos sexuales hasta intentos de influir en los resultados en Georgia a su favor. Con notable éxito, Trump se ha retratado como una víctima del sistema político.
Según una reciente encuesta del The Association Press-NORC Center for Public Affairs Research, el electorado estadounidense se divide actualmente en tres grupos, todos los cuales muestran un considerable desencanto hacia las opciones políticas disponibles para el presente año.
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El 56% se muestra «muy» o «algo» insatisfecho con la posibilidad de que el actual presidente Joe Biden continúe en la Casa Blanca por cuatro años más. Además, un 58% expresó estar «muy» o «algo» descontento con la idea de que el líder republicano regrese a Washington.
Se critica la situación actual en Estados Unidos, donde se percibe una gerontocracia con un Biden de 81 años enfrentando a un Trump de 77 años, sin la aparición de nuevas figuras en el escenario político.
En un contexto polarizado, el 42% tiene una opinión favorable sobre Joe Biden, mientras que el 36% expresa lo mismo acerca de Trump. Esto plantea la posibilidad de otra alternativa en las elecciones: un aumento en la abstención.
Demócratas
Aunque los debates de los precandidatos republicanos acapararon la atención mediática, los demócratas Dean Phillips y Marianne Williamson también fueron ignorados por el actual presidente estadounidense, Joe Biden. El Partido Demócrata muestra falta de renovación, y la vicepresidenta Kamala Harris no ha desempeñado un papel innovador dentro de la agrupación.
Dada la ausencia de carisma, Harris recurre al «miedo» para movilizar a su electorado, expresando que le «asusta» Trump. Ahora busca movilizar a las mujeres afroamericanas y defender el derecho al aborto, una de sus pocas banderas visibles.
Con 81 años, Joe Biden enfrenta dudas por parte de los electores sobre su capacidad física y mental para continuar en la Casa Blanca, atribuidas a los aparentes desafíos vinculados a su avanzada edad. Estas elecciones presentarían a los candidatos más longevos en la historia política de Estados Unidos.
Su principal propuesta al electorado es su proyecto de gestión económica postpandemia, conocido como Bidenomics. Se sostiene la idea de que los estadounidenses «votan con el bolsillo«, es decir, tomarán decisiones electorales basadas en el desempeño económico, optando por la reelección si este es positivo o buscando un cambio si no lo es.
El presidente apuesta por la carta económica con anuncios de nuevas inversiones en la generación de energías limpias, conductores y semiconductores, así como la promoción de nuevas tecnologías. Sin embargo, para los economistas, no está claro que pueda lograrlo a corto plazo.
La inflación, considerada uno de sus éxitos principales, ahora está en riesgo. Biden logró reducirla del 9.1% en junio de 2021 al 3.4% en noviembre de 2022. No obstante, los datos de diciembre indican un preocupante repunte del 3.4%.
Agenda
La economía seguirá siendo una carta clave en la elección presidencial, pero también hay otros temas que podrían influir en la campaña, como la migración ilegal, las acciones contra el cambio climático, los costos de la participación en la guerra en Ucrania, y la competencia comercial y tecnológica con China.
De los temas mencionados, Trump hace hincapié principalmente en la cuestión de los indocumentados. Afirma que los migrantes han llegado a «envenenar la sangre del país«, propone cambiar la Constitución para que los hijos de inmigrantes ilegales nacidos en territorio estadounidense no sean reconocidos como ciudadanos y anuncia operaciones de deportación masiva, especialmente dirigidas a migrantes de países musulmanes.
En un contexto de intensa polarización, no se puede descartar la posibilidad de que en estas elecciones el abstencionismo alcance niveles históricos, reflejando un rechazo a ambas opciones políticas.
La pandemia de la desinformación
Aunque no es un fenómeno nuevo, hay una creciente preocupación sobre el impacto de la inteligencia artificial en las campañas electorales. Dado que este año el 49% de la población mundial está convocada a decidir su futuro en las urnas, existe la posibilidad de que la democracia se vea amenazada.
Donald Trump fue el principal promotor de noticias falsas sobre un presunto fraude en las elecciones de 2020, llevando la narrativa casi hasta sus últimas consecuencias. El asalto al Capitolio por parte de sus seguidores el 6 de enero de 2021 fue la manifestación más extrema de la crisis en la democracia estadounidense. Esto ocurre cuando una parte significativa de la población cree, aunque sin pruebas, en la existencia de fraude en las elecciones generales.
Es evidente que la desinformación deliberada por parte del entonces presidente Trump socavó los resultados de las elecciones, cuestionó la imparcialidad de las instituciones electorales y judiciales, y contribuyó a que cada vez menos ciudadanos confíen en el sistema democrático estadounidense.
Sin embargo, con la inteligencia artificial (IA), el desafío se amplía aún más en 2024. La empresa OpenAI, que cuenta con el robot virtual ChapGPT y el generador de imágenes DALL-E3, introducirá una herramienta para contrarrestar las noticias falsas que podrían influir en la decisión del votante.
En aras de la democracia, es imperativo contar con esa «vacuna» antes de que la pandemia de desinformación se propague aún más.
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