Se propone reducir tamaño del estado al mínimo
Brasil pretende acelerar las privatizaciones en 2020 con la venta de 300 activos por valor de US$ 36,000 millones y ha redoblado sus esfuerzos para atraer inversores dispuestos a apostar en el país sudamericano.
Según los datos de la secretaría de Privatizaciones y Desinversiones, Brasil se deshizo el año pasado de 71 activos, con los que recaudó 105,400 millones de reales (unos US$ 25.707,3 millones), un 25 % más de los previsto inicialmente.
Para 2020 el Gobierno se ha impuesto una meta todavía más “ambiciosa” e intentará recaudar 36.000 millones de dólares, equivalentes al 1,7 % del PIB, con la venta de activos, entre los que figuran un gran número de subsidiarias de la eléctrica estatal Electrobras y la Empresa de Tecnología e Información de la Seguridad Social (Dataprev), entre otras.
«Es un plan muy ambicioso. El primer año (de Gobierno) es de aprendizaje, estuvimos centrados en la reforma de las pensiones, lo que nos consumió mucha energía, pero ahora nuestro foco está puesto en las privatizaciones y hay un trabajo muy grande que todavía tiene que ser hecho», explicó el secretario de Privatizaciones, Salim Mattar.
El Gobierno ya ha descartado la privatización de las joyas de la corona del Estado brasileño -la petrolera estatal Petrobras y el Banco do Brasil- y ha pospuesto para 2021 la desestatización de los Correos debido a su elevada «complejidad».
No obstante, una de sus prioridades será la venta de la eléctrica estatal Eletrobras, que tiene el control directo sobre unas 200 empresas y cuya privatización todavía depende de la aprobación del Congreso.
«Hay una receptividad por parte del Congreso brasileño y contamos con que Eletrobras será capitalizada este año», comentó el secretario en un tono optimista.
De acuerdo con la agencia de calificación de riesgos Moody’s, las privatizaciones previstas para este año podrían fortalecer el perfil de crédito de Brasil.