El ejército ruso realizó un feroz bombardeo en fábrica militar ubicada en Kiev. Además, sancionaron al primer ministro británico Boris Johnson.
Rusia bombardeó una nueva fábrica militar en la zona de Kiev durante este sábado, cumpliendo su amenaza de incrementar los ataques contra la capital de Ucrania. Este acto ocurre luego de que el ejército ruso haya perdido su buque insignia en el Mar Negro en un ataque ucraniano.
El complejo industrial, situado en el distrito Darnytsky y donde se fabrican principalmente tanques, fue blanco de un ataque ruso. Así lo pudieron comprobar periodistas de la AFP el sábado por la mañana. Además, un gran número de militares y rescatistas se concentraron en el lugar, del que brotaba una gran humareda.
Po otro lado, en Moscú, el ministerio de Defensa confirmó el bombardeo. «Armas aire-tierra de largo alcance y alta precisión destruyeron edificios de una planta de producción de armamento en Kiev», dijo el ministerio en un comunicado a través de Telegram.
En tanto, Vitali Klitschko, alcalde de Kiev, indicó que el bombardeo dejó al menos un muerto y varios heridos. «Nuestras fuerzas hacen todo lo posible para protegernos, pero el enemigo es insidioso y despiadado», aseguró.
Cabe recordar que el viernes, un ataque ruso tomó por blanco una fábrica en la región de Kiev que fabricaba misiles Neptuno. Estos fueron usados por el ejército ucraniano para hundir el «Moskva», según fuentes de Kiev. Rusia mantiene que el «Moskva» quedó dañado por un incendio tras la explosión de sus propias municiones y que la tripulación de 500 solados, aproximadamente, había sido evacuada.
La pérdida del «Moskva» es un duro golpe para Rusia porque «aseguraba la cobertura aérea de otras naves durante sus operaciones. Especialmente para el bombardeo de la costa y las maniobras de desembarco», explicó el portavoz de la administración militar de Odesa, Serguéi Brachuk.
Las puertas de Rusia, cerradas para Johnson
En cuanto al ámbito diplomático, Moscú anunció que prohibirá la entrada a su territorio del primer ministro Boris Johnson y de varios otros altos cargos de su gobierno. En tal sentido, responden a las sanciones impuestas contra Rusia. «Esta medida fue tomada como una respuesta a la desenfrenada campaña informativa y política destinada a aislar a Rusia de forma intencional (…) y estrangular a nuestra economía», indicó el ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en un comunicado.
Pese a las advertencias rusas, los habitantes de Kiev hicieron caso omiso y salieron a las calles este sábado. El motivo es que es la primera jornada verdaderamente primaveral, para pasear por la capital e incluso tomar algo en sus terrazas.
«Es la primera vez que venimos al centro, queríamos ver si los transportes funcionaban y ver gente. Mirar a las personas me hace mucho bien», dijo Nataliya Makrieva, veterinaria de 43 años. Los bombardeos contra Kiev han sido escasos desde finales de marzo, cuando Moscú retiró sus tropas de la capital y anunció que concentraba su ofensiva en el este de Ucrania.
Incluso, Klitschko reiteró a los habitantes que se fueron de la capital a que no aún no regresen y permanezcan en un «lugar seguro». «La gente quiere olvidar la guerra, pero pronto volverán las sirenas y los bombardeos y tendremos que volver a escondernos», dice, acongojada, Anna Grishko, de 83 años, sentada en un banco al sol.
En total y según la ONU, más de cinco millones de personas huyeron de Ucrania desde el inicio de la invasión rusa y más de 7 millones se convirtieron en desplazados internos, sobre una población total de 37 millones de habitantes.
