Capacitación en las organizaciones políticas
Por: JUAN SOTOMAYOR
La coyuntura nos pone ante un posible adelanto de elecciones y, sin proponérselo, en las organizaciones políticas se van ”moviendo las aguas” en torno a posibles candidaturas. Pero todavía se habla muy poco de un tema que hoy resulta vital para el futuro de la democracia: la capacitación en los partidos políticos.
Una de las principales causas del actual descrédito de la política es la falta de preparación y renovación de cuadros en las organizaciones políticas. Por ejemplo, es preocupante ver autoridades elegidas que consumen gran parte de su gestión enterándose de cuáles son sus funciones, bajo qué reglas deben ejercerlas y cuál es la situación real de la institución que les toca dirigir.
En principio, las organizaciones políticas deben capacitar a sus militantes en temas electorales y de organización interna. Explicar por qué es importante participar en política y cuáles son los principios que mueven a una organización. Para empezar está bien, pero no es lo único. Ganar las elecciones es importante, pero gobernar para transformar nuestra realidad debe ser el fin supremo de todo partido político.
Por ello, la formación de cuadros es una tarea vital para un partido que pretende trascender a sus fundadores. Los partidos (y también los electores) deben tener en cuenta que no siempre el candidato más popular es el más preparado para gobernar. También es cierto que nadie está en la posibilidad de saberlo todo, pero quien asume un mandato sí tiene la responsabilidad de rodearse de personas que sepan resolver problemas en vez de agrandarlos.
SI coincidimos en que la educación es uno de los pilares del desarrollo, esta afirmación se hace más urgente y verdadera en el caso de los partidos políticos. La improvisación debe ser desterrada de los partidos políticos y, por ende, de las instituciones públicas.
Liderazgo, trabajo en equipo, comunicación eficaz y sobre todo una sólida formación moral, son imprescindibles para una organización política que pretenda dirigir los destinos de una comunidad o del país. Pero también se requiere conocimientos sobre gestión pública, planeamiento estratégico, historia, economía, entre otros…Parafraseando a Vallejo, podríamos decir que en política, “hermanos, hay muchísimo que aprender”. Es hora de poner manos a la obra.