Por: Martín Valdivia R.
“¿Qué te pasa, quieres sangre? Piensa, analiza, ordena retiro de la PNP. Ordena retiro de tu gente”. Ese fue el amenazante mensaje que el gobernador de Arequipa, Elmer Cáceres Llica, hiciera llegar hace algunos días – mediante sus redes sociales – al presidente de la República, Martín Vizcarra, a propósito de las protestas por el proyecto Tía María. Protestas que van dejando secuelas de malestar y poco entendimiento entre los pobladores de la zona y el Gobierno.
Ayer, el Jefe de Estado y parte de su gabinete tuvo que bajar la frente y ponerse cara a cara con quienes promueven la protesta, es decir, los mismos gobernadores de la macro región sur que ahora han conformado una suerte de sindicato para presentar su reclamo ante el Ejecutivo. Allí, en la Ciudad Blanca, estaban las autoridades regionales de Arequipa, Tacna, Cusco, Madre de Dios y Apurímac con una sola consigna: Tía María no va.
Y no va porque simplemente no quieren. No les interesa el diálogo. Lo único que les importaba era ver a Vizcarra a sus pies en señal de poder, de decir “¿ya ven? Esto podemos hacer”. Porque del supuesto “diálogo” no ha salido nada en concreto. Nada. Al cierre de esta edición aún no se conocían los pormenores de la reunión. ¿De qué puedes dialogar cuando tu interlocutor tiene una sola consigna, terca y cerrada? ¡De nada! Así de simple.
Lo mismo sucedió en Cajamarca con el proyecto Conga. La consigna era “Conga no va” y no fue. Lo mismo sucederá ahora. Es la eterna disputa con los antimineros que, lamentablemente, la vienen ganando los extremistas que prefieren vivir con el oro bajo sus pies en vez de buscar el bien común de todos los peruanos con el impulso a una minería profesional y responsable.
Cáceres Llica no va a cambiar de idea. Por más que vaya todo el gabinete y se ponga de rodillas, este señor seguirá azuzando a los arequipeños para que este proyecto jamás se concrete. Ah, y según él, no antiminero. Claro, es un angelito de dos alas que sólo busca la paz y no el enfrentamiento. Cáceres dizque busca una nueva Ley de Minería que contemple el tema del permiso ambiental, el permiso social de las comunidades campesinas, la redistribución del canon y el porcentaje del pago de impuestos por parte de las empresas. Sí, claro.
En tanto, el presidente Vizcarra retornará a Lima, Cáceres se empoderará y, tras algunas semanas de bloqueos y rebelión callejera, al Ejecuto no le quedará más remedio que ceder ante los antimineros. El libreto es el mismo, sólo cambiamos de protagonistas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.