Revelan proyecto secreto “caliche” destinado a «husmear» comunicaciones militares de países vecinos mediante interceptación de radiofrecuencias
Un nuevo escándalo de espionaje ha estallado en la región tras conocerse un proyecto secreto de la Inteligencia del Ejército de Chile destinado a “husmear” información en las comunicaciones de las Fuerzas Armadas de Perú y Bolivia.
El proyecto ultrasecreto del Ejército chileno quedó en evidencia luego que ocurriera un robo común al interior de la Primera Brigada Acorazada “Coraceros” del Ejército, con sede en Arica en 2014.
En esa ocasión un oficial denunció el robo de “cremas cosméticas de alto valor”, hecho que fue abordado por la Policía de investigaciones de Chile (PDI), según informó BiobíoChile.
La investigación identificó como responsable del hurto al teniente Maximiliano Arancibia perteneciente al Pelotón de Guerra Electrónica (Comint). Esta es una unidad creada en 2005, conformada por 34 hombres entrenados para enfrentar posibles combates desde las áreas de las telecomunicaciones.
En la habitación de Arancibia no solo descubrieron las cremas, sino también un disco duro y un pendrive, dispositivos que no están autorizados. Al momento de revisar los archivos informáticos se descubrió la presencia de un proyecto denominado “Caliche”.
PROYECTO “CALICHE”
Según BiobíoChile, “Caliche” es “una maquinaria implementada por el Pelotón de Guerra Electrónica, cuyo sistema informático fue adquirido a DRS, empresa estadounidense, por un monto total que hasta hoy se mantiene en reserva”. El fin de esto sería “husmear en las comunicaciones de países limítrofes, principalmente de Perú y Bolivia, mediante la interceptación de radiofrecuencias”.
La información periodística sostuvo que lo recopilado por Caliche “era finalmente llevado hasta el Centro de Fusión de Inteligencia Conjunta Norte (Cenficnor), donde era procesada para generar informes de inteligencia”. A Arancibia también se le descubrió una “carpeta rotulada ‘HIKO’ que contenía compendios de comunicaciones respecto del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú”.
BiobíoChile precisa que entre los ficheros también aparecen planos y antecedentes de inteligencia.
ESPIONAJE
Según la información periodística, Arancibia poseía 7.004 carpetas, con 72.213 archivos calificados como secretos y de “alta sensibilidad militar”. Quienes están involucrados en la investigación desconocen por qué extrajo todos estos documentos, y si este material fue compartido a potencias extranjeras.
La información sustraída debía quedar guardada bajo llave en una caja fuerte y el material correspondía a información encriptada.
Arancibia declaró ante un fiscal militar que “no soy espía” y reconoció un actuar “negligente” en el almacenamiento de estos archivos. También negó “haber entregado la información a terceros”.
Sin embargo, Arancibia fue condenado a 4 años de presidio por su actuar, aunque el castigo sigue en tramitación ya que la Corte Suprema de Chile es la que debe zanjar este tema.
CAPACIDAD EN USO
Requeridos por la Unidad de Investigación de BioBioChile, desde el Ejército de ese país detallaron que “Maximiliano Arancibia no es parte de la Institución desde el año 2018”.
“Referido a los demás antecedentes solicitados, y debido a que el proceso judicial aún se encuentra en curso, no le corresponde a la Institución referirse a los detalles que puedan ser objeto de investigación y/o futuras diligencias”, añadieron.
Y sentenciaron: “Finalmente, cabe precisar que el proyecto en comento fue desarrollado por el Estado Mayor Conjunto, dependiente del Ministerio de Defensa Nacional, y las capacidades correspondientes para el Ejército se encuentran en uso”. Esto último indicaría que el programa “Caliche” sigue vigente generando información de las FF.AA. de Perú y Bolivia.