Se convirtió en la primera vacuna en recibir el visto bueno de las autoridades chinas, y aunque todavía se encuentra en fase de pruebas podría ser producida masivamente en corto tiempo.
La Oficina Estatal China (SIPO) aprobó la primera patente de una posible vacuna contra el coronavirus.
La vacuna fue desarrollada por el Instituto Científico Militar y la compañía biofarmacéutica china CanSino Biologics, misma vacuna que se usó a finales de junio en el ejército chino, después de que un equipo dirigido por el investigador Chen Wei descubriera un anticuerpo neutralizante altamente eficiente.
Apodada «Ad5-nCoV», la vacuna utiliza un virus debilitado del resfriado común, para introducir material genético del nuevo coronavirus dentro del cuerpo humano. Su objetivo es entrenar al cuerpo a que produzca anticuerpos que reconozcan la proteína del coronavirus SARS-COV2 y lo combata.
La investigación publicada en la revista The Lancet el mes pasado recogió que para la II fase se hicieron pruebas en más de 500 personas, y demostró que la vacuna generó una respuesta inmune en la mayoría de los vacunados, tras una sola dosis, y sin efectos secundarios observados.
No obstante, los autores subrayaron, que ningún participante en las pruebas de fase II estuvo expuesto al virus después de la vacunación, por lo que aún no es posible asegurar su eficacia. Para ello, siguiendo con el protocolo y las investigaciones, en la fase III se necesitarán más ensayos en humanos, para confirmar si esta fármaco protege eficazmente contra el Covid-19.