Por: Fernando Calle Hayen
Hace varias semanas y desde el inicio de las propuestas del referéndum, planteaba la necesidad de haber meditado sobre la disolución del Consejo Nacional de La Magistratura, pero estamos ante la realidad y debemos hacer los esfuerzos, sobre todo el Parlamento y el Ejecutivo, este último que hizo la propuesta en cuanto al cambio, no solo de nombre – que hoy han llamado Junta Nacional de Justicia – sino al hecho de que varios puntos han sido señalados y aprobados en Referéndum en la propuesta constitucional, es decir ya es una regla Constitucional, y cosas que se dijo y no se escucha, no han sido considerados en perjuicio de nuestro país, pero entendamos que se trata de la Justicia para todos.
No cabe la menor duda, que –pasado tiempo- se deberá mejorar esta reforma. Lo cierto es que debe revisarse lo referente a las garantías que debe de tener la Junta. Cinco años –sin reelección- para una coyuntura de moralización y mejora del Sistema de Justicia hoy Junta Nacional de Justicia, implica un periodo corto. Amén de que no se ha tomado en cuenta, como en el Tribunal Constitucional, que hablando de Juristas de trayectoria y reconocimiento nacional, se les exige un sacrificio por nuestro País, porque terminado su mandato tienen un retorno natural como juristas que deben volver al ejercicio profesional de cinco años ausente – si es que se cumplió con la dedicación exclusiva- y lo digo con la experiencia de haberlo vivido, es para meditar varias veces en cuanto al criterio y el sentimiento personal de supervivencia sin células vivas, sin pensiones, seguros. Es decir, nuevamente trabajar hasta el final de la vida y en este caso si cumplió con su deber y el poder oculto no lo ha eliminado, la mafia enquistada en el sistema probablemente lo tendrá presente. Sin duda el honor es irreemplazable, pero debería ser todo.
Las instituciones están formadas por seres humanos y estos las engrandecen o destruyen. Si nada escapa al Control Constitucional, nada escapa al control político y fiscalización moral del Parlamento, tampoco de la Contraloría en sus investigaciones y luego superando las etapas todos pueden ser investigados.
Hoy a cada momento se dice no hay CNM para destituir a los jueces, pero está el Ministerio Público y tiene la obligación también de velar por la conducta de los jueces –Art. 94 y concordantes D.Leg N° 052- por la correcta administración de Justicia y sin duda poder fiscalizarlo y no habrá Consejo, pero donde hay delito debe actuar y el Congreso en lo que le corresponde.
Los órganos del Estado no necesariamente tienen que disolverse. Lo que se trata es que deben funcionar en razón de las personas, y digo esto porque en un momento histórico se supone debe mejorar el Sistema de Justicia, porque si se ataca la impunidad fuertemente dentro del sistema de justicia, todo el País va a ser beneficiado y ayudará en gran parte a debilitar el problema de la corrupción existente.
Puede haber corrupción en el Congreso, puede haber corrupción en muchas instituciones, pero el Sistema de Justicia si no está contaminado va actuar y va a ser el contralor, fiscalizador y sancionador de quienes abusan y defraudan la voluntad y confianza de un pueblo. No a la Impunidad.