Descubre los jardines del Campo del Moro, y su historia a través de los años
Los jardines del Campo del Moro, situado a los pies del Palacio Real y junto a Madrid Río, un espacio que no solo destaca por su belleza paisajística sino también por su importancia histórica y cultural. Así, con más de 20 hectáreas de extensión, Estos jardines fueron declarados Monumento Histórico Artístico en 1931.
El origen de estos jardines se le atribuye al rey Felipe II, quien compró la zona, que era un terreno baldío situado entre el Alcázar de los Austrias antecedente del actual Palacio Real y el río Manzanares. Su nombre proviene de la acampada que realizaron aquí las tropas musulmanas durante el intento de recuperar Madrid en el siglo XI por parte del caudillo musulmán Alí Ben Yusuf. No obstante, no sería hasta el reinado de Isabel II cuando se acometió la construcción de los Jardines por parte de Narciso Pascual y Colomer (1844).
Sin embargo, la mayor parte de la configuración actual fue bajo el impulso de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena, quien encargó en 1890 su diseño a los jardineros Ramón Oliva y Jean Baptiste Lepère. los jardines se extienden sobre una superficie de unas veinte hectáreas y su diseño responde a la tipología de jardín paisajista inglés del siglo XIX, integrando elementos arquitectónicos y escultóricos de gran valor artístico. La disposición de sus caminos, su vegetación y la distribución de los espacios buscan crear composiciones visuales armónicas, ofreciendo una experiencia estética única a sus visitantes.
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Entre sus atractivos destaca la Fuente de los Tritones, obra del siglo XVII, y la Fuente de las Conchas, diseñada por Ventura Rodríguez en el siglo XVIII. Ambas fuentes, procedentes de otros emplazamientos reales, fueron instaladas en el Campo del Moro a finales del siglo XIX, enriqueciendo su patrimonio con elementos de gran valor histórico y artístico.
El jardín también alberga lo que se conoce como el chalet del corcho, en el que antiguamente vivía el guarda, así como el Chalet de la Reina, un lugar de descanso al que iban los reyes durante su paseo por los jardines. Igualmente, el túnel de Bonaparte es uno de los puntos más desconocidos del jardín.
Estos jardines han perdurado a lo largo del tiempo y los arquitectos responsables de su belleza pueden sentirse orgullosos de que sigan siendo un simbolismo español que atesora una belleza natural.