Dos meses luego del histórico trasplante de corazón de cerdo a David Bennett de 57 años, no soportó más y falleció.
El ser humano que vivió 2 meses con un corazón de cerdo latiendo en su pecho, el de Estados Unidos, David Bennett, recibió en el trasplante un polizón indeseado: un citomegalovirus porcino, un virus animal que podría haber contribuido a su fallecimiento el 8 de marzo. Bennett, de 57 años, ha sido la primera persona —y de instante la única— que ha vivido debido a un órgano de cerdo. La operación ha sido presentada como un triunfo, con vídeos del paciente viendo la final del campeonato de fútbol americano, sin embargo, su estado se inició a torcer al mes y medio y al final falleció por razones hasta ahora desconocidas.
El cirujano que dirigió el trasplante, Bartley Griffith, reveló la detección del citomegalovirus a lo largo de una plática estructurada por la Sociedad De Estados Unidos de Trasplantes el 20 de abril. “Estamos comenzando a saber por qué murió. Quizá [el virus] ha sido el actor, o puede ser el actor, que desató todo”, describió Griffith, según ha adelantado la revista de Estados Unidos MIT Technology Review.
Bennett recibió un corazón de un cerdo de la compañía Revivicor, con base en Blacksburg (Estados Unidos). Dichos animales permanecen modificados genéticamente para facilitar el asentimiento del órgano porcino por las defensas del cuerpo y para permitir su encaje en el pecho de una persona.
El nefrólogo Rafael Matesanz, fundador de la exitosa Organización Nacional de Trasplantes española, reconoce su estupefacción. “En dichos experimentos continuamente se había puesto el hincapié en eludir los retrovirus endógenos porcinos, que eran los que habían provocado más temor a partir de finales del siglo pasado. Que haya pasado inadvertida la existencia de este virus me parece bastante sorprendente, más que nada en unos animales que fueron criados en condiciones básicamente de laboratorio”, reflexiona.