Fue uno de los que azuzó a salir a las calles, revela información
El portal “La Abeja” reveló, a través de la columna de su director Luciano Revoredo, que el congresista Alberto de Belaunde (Partido Morado) fue parte de la conspiración para la caída del Gobierno del expresidente Manuel Merino de Lama.
Alberto de Belaunde “conspiró y fue parte activa de la caída del régimen constitucional de Merino. Lo acusó de las muertes de los manifestantes y nos contó el cuento de los desaparecidos”, precisa Revoredo.
En esa línea, agrega que De Belaunde “fue uno de los agentes que se prestaron a la conspiración para tumbar el gobierno absolutamente constitucional y legal de Merino, fue uno de los que votaron contra la vacancia de Vizcarra, fue uno de los que azuzaron a la gente a salir a las calles para derrocar al gobierno sólo porque no le gustaba, sin ninguna otra razón. Hasta la edad de Flores Aráoz era un motivo de protesta”.
DELINCUENCIA
Con estas acciones, Luciano Revoredo indica que “una masa de aborregados jóvenes y no tan jóvenes tomaron las calles en perfecta sintonía con agitadores, delincuentes y todo tipo de lumpen”.
“Estas manifestaciones cuestan una fortuna a algún anónimo financista”, precisa Revoredo, indicando también que es ahí que “la caviarada introduce otra de sus falacias” y empiezan a hablar de la legitimidad de la calle.
“O sea, ni la ley, ni la Constitución, ni el estado de derecho, ni el voto popular. Basta una algarada, una revuelta, una turbamulta bien financiada para reclamar la legitimidad o ilegitimidad de un gobierno. ¡La calle manda! Ese es el jacobinismo caviar que nos lleva a pasos agigantados a la anarquía”, detalla.
Es en ese contexto, precisa, que “presionaron, incendiaron, promovieron la violencia, para eso había un lumpen bien aceitado y no pararon hasta tener un par de muertos”, refiere Luciano Revoredo.
Así también, señaló que esas acciones por parte del Congresista Alberto de Belaunde es “la vieja táctica comunista de buscar un mártir. Pues acá tuvieron dos. Tanto mejor. Entonces Albertito tuiteaba horrorizado y Gino Costa retuiteaba”.
NO BASTA
Sobre los dos jóvenes fallecidos, Luciano Revoredo señala que “dos muertos no bastaban, inventaron entonces el cuento de los desaparecidos que no fueron reales y que fueron apareciendo todos y cada uno. Pero ya Gino Costa, el propio Sagasti, de Belaunde y Olivares, lo más selecto de la caviarada habían montado todo el tinglado de los desaparecidos para luego golpear a la policía”.
Finalmente, cuando fueron los desaparecidos iban apareciendo, “no hubo una rectificación, ni una disculpa. Sagasti acabó de presidente, Gino Costa miró para otro lado, de Belaunde se calló y Olivares se hizo humo, nunca mejor usada esta expresión”, culmina Revoredo.